Revista crítica de Derecho Canónico Pluriconfesional / Rivista critica di diritto canonico molticonfessionale
ISSN 2341-3956 versión electrónica
ISSN 2387-1873 versión impresa
Depósito Legal: MA 2137-2014
Traducción del francés al castellano de ‘El final de la vida: aclaración terminológica’ (Institut Européen de Bioéthique, de Bruselas, un referente frente al desmán y la violencia de la eutanasia)
Nabila Mers El Kadim Mounji
(Traducción del francés al castellano y Abstract)
Para citar este artículo puede utilizarse el siguiente formato:
Nabila Mers El Kadim Mounji (2016): “Traducción del francés al castellano de ‘El final de la vida: aclaración terminológica’ (Institut Européen de Bioéthique, de Bruselas, un referente frente al desmán y la violencia de la eutanasia)”, en Kritische Zeitschrift für überkonfessionelles Kirchenrecht, n. 3 (2016).
Resumen: Entre las grandes iniciativas que está llevando a cabo el Instituto Europeo de Bioética, con sede en Bruselas, que con tanto celo dirige el jurista italiano Toni Romano, está precisamente la de poner de relieve una serie de conceptos claves que conviene, según el citado Instituto, resaltar frente a la confusión reinante en la terminología al uso, clarificando lo que es el suicidio médicamente asistido, el fin de la vida, la eutanasia, los cuidados paliativos, la sedación paliativa, la sedación terminal, el encarnizamiento terapéutico, los cuidados paliativos integrales, la última opción, el castigo supremo, etc. En definitiva, “mors omnia solvit”. O, mejor dicho, como recordaban los docentes de la primera Facultad de medicina del mundo, la Escuela salernitana, “contra vim mortis non est medicamen in hortis” o de forma más clara: “tristitia iura necis nulla medela fugat”. El problema de muchos facultativos médicos es que no se aperciben del dicho clásico de que la soberbia partió rauda y veloz a caballo, pero regresó a pie. La clase médica otrora respetable en grado superlativo ahora se ha llenado de unos cuantos indeseables que profanan el juramento hipocrático.
Palabras clave: Instituto Europeo de Bioética, Suicidio asistido, Eutanasia, Cuidados paliativos, Sedación paliativa, Ética, Moral, Mortem obire, Mortem alicui offerre, Aborto procurado.
Hace varios años, la eutanasia se regularizó en Bélgica y en Holanda tanto para los mayores como para los menores de edad, convirtiéndola en una práctica común. En Luxemburgo y en Colombia, se aprobó hace poco, y Canadá está en proceso de legalizarla. En Suiza y en 5 estados norteamericanos, concretamente, Montana, Oregón, Washington, Vermont y California, se permite el suicidio asistido. En varios países ricos, el debate sobre el final de la vida no solo forma parte de la agenda política, sino que, en algunos casos, como por ejemplo el de Francia, Reino Unido o Alemania, es objeto del voto parlamentario.
Es preciso constatar que las discusiones planteadas sobre las cuestiones relacionadas con el fin de la vida no solo es un debate ético, sino que también es semántico. Estas preguntas son tan delicadas que afectan a una prohibición fundamental de nuestros estados de derecho y a los fundamentos de la misión del cuerpo médico, y es por ello que resulta primordial aclarar las palabras y los conceptos utilizados para obtener las respuestas. Este es el objetivo del presente documento.
Respecto a los términos y conceptos sobre el final de la vida, en primer lugar, la Eutanasia. La eutanasia consiste en un acto u omisión que pone fin a la vida de una persona de forma intencionada para liberarla del dolor. La práctica eutanásica consiste en la administración, vía oral o intravenosa, de una sustancia o de una mezcla de sustancias que provocan la muerte, mientras que la omisión eutanásica consiste en rechazar los tratamientos o cuidados que, normalmente, son obligados y proporcionados. Por lo tanto, el carácter intencional de la acción u omisión, define el gesto eutanásico y, a veces, elimina la barrera que separa la eutanasia activa y la eutanasia pasiva. Se trata de eutanasia cuando el objetivo es el de poner fin a la vida de una persona. Las diferentes leyes en vigor, relacionadas con la eutanasia en los países de Benelux, añaden un aspecto importante que implica la petición del paciente para que pueda considerarse como una práctica eutanásica.
En segundo término, el Suicidio médicamente asistido. El suicidio asistido se diferencia de la eutanasia al ser el mismo paciente quien lleva a cabo el gesto, ya sea rechazando la sustancia administrada vía intravenosa o ingiriendo una dosis letal. En caso fallido, este acto se podrá poner en práctica bajo una asistencia médica.
En una tercera posición situamos los Cuidados paliativos. Según las palabras de quien le inspiró, el Dr. Cicely Saunders, la medicina paliativa consiste en el «seguimiento y atención a los pacientes que padecen una enfermedad activa, degenerativa, en un estado muy avanzado y con un pronóstico muy limitado, por lo que la finalidad del tratamiento es la de mantener la calidad de vida». En el año 2002, la Organización Mundial de la Salud publicaba la siguiente definición: «los cuidados paliativos alivian el dolor y otros síntomas angustiosos; afirman la vida y consideran la muerte como un proceso normal: no intentan ni acelerar ni retrasar la muerte; integran los aspectos psicológicos y espirituales del cuidado del paciente; ofrecen un sistema de apoyo para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente como sea posible hasta la muerte; ofrecen un sistema de apoyo para ayudar a la familia a adaptarse durante la enfermedad del paciente y en su propio duelo; utilizan un enfoque de equipo para responder a las necesidades de los pacientes y de sus familias».
Reservamos para un cuarto término la sedación paliativa. La indicada sedación paliativa es una técnica médica que tiene como objetivo, por falta de otros medios, disminuir el estado de conciencia de un paciente para calmar el ambiente que se considera insoportable en su hogar. En la mayoría de los casos, la sedación es reversible y en la medida de lo posible, intermitente, puede ser más o menos profunda pudiendo provocar un estado inconsciente. Asimismo, el paciente podrá alternar los períodos estables con los períodos de insomnio pudiendo relacionarse con su entorno y con las personas que le rodean. Si en algunos casos, al final de la vida, los síntomas son demasiado fuertes o refractarios a cualquier tratamiento, se podrá aplicar una sedación profunda hasta el fallecimiento del paciente. Se tratará de una sedación terminal.
Encarnizamiento terapéutico. El encarnizamiento terapéutico o la obstinación irrazonable, consiste en el uso de medios desproporcionados con el fin de alargar la vida de un paciente terminal. Medios desproporcionados que no tienen nada que ver con los efectos beneficiosos esperados por el enfermo. Por ejemplo, para un paciente que padezca cáncer, puede ser oportuno sopesar una última quimioterapia y cuidados de confort que le permitirán prepararse para la muerte de forma más tranquila. Cuestión de palabras, cuestión de éticas.
¿Cuidados paliativos en los cuidados paliativos integrales? Desde hace tiempo en Bélgica, se introdujo el concepto de "cuidados paliativos integrales" que incluyen la eutanasia, entre otros, como una "última opción" paliativa. En la misma línea, en Québec, el legislador rechazó el uso del término "eutanasia", prefiriendo hablar de "ayuda médica para morir", esta ayuda sería una de las prácticas que se tendrían en cuenta en los cuidados al final de la vida. Con respecto a la definición de los cuidados paliativos mencionada anteriormente «cuidados que consideran la muerte como un proceso normal, no intentan ni acelerar ni retrasar la muerte» se muestran difíciles de ser aceptadas y parecen estar más destinadas a incluir la eutanasia como un tratamiento, entre otros, para banalizar la práctica.
Pasamos ahora a la denominada Nutrición e hidratación artificial ¿cuidados o tratamientos? En el sector médico, es una práctica habitual diferenciar los cuidados de los tratamientos. Los «cuidados básicos» se proporcionan al paciente para responder a sus necesidades fundamentales relacionadas con la higiene, el confort, la alimentación y el agua, la comunicación, o incluso el descanso. Estos cuidados, se proporcionan al paciente cuando él mismo no puede y, por lo general, se aplican con la ayuda de medios razonables. En cuanto a los tratamientos, forman un conjunto de medios que se aplican para combatir la enfermedad o restablecer la salud. En algunos casos, es completamente legítimo renunciar a estos tratamientos para evitar el encarnizamiento terapéutico. Hoy en día, hay quienes quisieran eliminar la distinción entre algunos cuidados y los tratamientos médicos propiamente dichos, argumentando que, cuando se aplican medios técnicos, se entra en el ámbito de los tratamientos que se pueden poner fin por decisión del cuerpo médico o por petición del paciente. Además, la nutrición e hidratación se podrían suspender a partir del momento en el que ya no se ingieran por vía oral. Será legítimo suspender la nutrición e hidratación al final de la vida, cuando éstas provoquen más inconvenientes que ventajas al paciente ya que, en cualquier caso, el paciente fallecerá poco después, ya no forman parte de los cuidados básicos y su suspensión, con el objetivo de poner fin a la vida, nunca es admisible.
Otro concepto interesante es el de la sedación terminal ¿una eutanasia encubierta? Algunos piensan que la diferencia entre la eutanasia y la sedación terminal es solo una cuestión de plazo de aplicación y que distinguir las dos prácticas es un acto de hipocresía ya que el resultado en todos los casos es la muerte del paciente. No obstante, las dos prácticas son significativamente diferentes. La eutanasia tiene como objetivo el de provocar la muerte de la persona en un breve plazo. En el caso de la sedación, se tiende ante todo a aliviar el sufrimiento del enfermo, respetando siempre el proceso natural que lleva a la muerte. Todo ello, aceptando el riesgo de que el tratamiento aplicado pueda, en algunos casos, acelerar la muerte. En este último caso, la intención es completamente diferente y otorga, igualmente, al acto planteado un significado totalmente distinto.Otro caso sería una sedación con fines eutanásicos, se practicaría con el objetivo de acelerar la muerte o de ocultar los síntomas provocados por una abstención voluntaria de cuidados para morir.
Las conclusiones que se pueden extraer son claras. Como puede verse, las cuestiones relacionadas con el fin de la vida son sumamente delicadas. Provocan problemas complejos, en una época en la que se cuestiona la prohibición de matar, uno de los fundamentos de nuestros estados de derecho y de la cohesión social. Por lo que resulta conveniente, abordar estas cuestiones aclarando el significado de las palabras y de los conceptos, con el riesgo de provocar una confusión que siempre perjudicará el debate.
[Recibido el 27 de noviembre de 2016].
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(Traducción del francés al castellano y Abstract)