Revista europea de historia de las ideas políticas y de las instituciones públicas
ISSN versión electrónica: 2174-0135
ISSN versión impresa: 2386-6926
Depósito Legal: MA 2135-2014
Presidente del C.R.: Antonio Ortega Carrillo de Albornoz
Director: Manuel J. Peláez
Editor: Juan Carlos Martínez Coll
Orazio Cancila, Storia dell'Università di Palermo dalle origini al 1860, Editori Laterza, Firenze, 2007, 695 págs.
Guillermo Hierrezuelo Conde
ABSTRACT: Estudio profundo y bien documentado de la Historia de la Universidad de Palermo hasta el a�o 1860. Tambi�n se detiene en otras Universidades sicilianas como la de Messina y la de Catania. Presta particular atenci�n a los estudios de Jurisprudencia y Medicina.
PALABRAS CLAVE: Universidad, Palermo, Messina, Catania, Derecho civil, Derecho can�nico, Orazio Cancila.
Palermo a�n ten�a la consideraci�n de capital del Reino de Sicilia en 1434, cuando el monarca Alfonso el Magn�nimo concedi� a la ciudad de Catania el placet para la fundaci�n de un Studium generale. En 1444 el papa Eugenio IV decretaba la bula que creaba el Siculorum Gymnasium, es decir, el ateneo catan�s, con la potestad de conferir ense�anzas en Teolog�a, Derecho civil, Derecho can�nico y Medicina, manteniendo todos los privilegios de otras Universidades y, en particular, de Bolonia. Orazio Cancila considera l�gico suponer que Palermo no renunciaba a tener su Universidad. Por otro lado, exist�an disposiciones en virtud de las cuales el acceso a los cargos p�blicos estaba reservado a los licenciados en las dos Universidades sicilianas (p. 20). En torno al a�o 1630 madur� la idea de que pod�a nacer una Universidad en Palermo. Efectivamente, ya en el siglo XVII, los jesuitas gozaban de la potestad para otorgar licenciaturas en Filosof�a y en Teolog�a y, en todo caso, con anterioridad a 1637. Con la expulsi�n de la Compa��a de Jes�s de los reinos de N�poles y de Sicilia en 1767 se clausuraron los colegios de esta orden, si bien con el transcurrir de los a�os se restituir�an todos los bienes incautados a los Jesuitas.
Un hecho relevante supuso la renuncia en 1780 por parte de Rosario Savoia a la c�tedra de Medicina pr�ctica. En febrero de 1786 se establec�a la instituci�n de una c�tedra de Ret�rica sublime y la escisi�n de la c�tedra de Historia natural y Bot�nica (p. 92). La Revoluci�n francesa de 1789 supuso un cambio pol�tico favorable a la reforma y al desarrollo de la Academia de Palermo. En realidad, como indica Orazio Cancila, la bula del Papa Eugenio IV en 1444 no conced�a a Catania ning�n privilegio, tanto es as� que fue Felipe IV el que concedi� la posibilidad de la laurea tanto en Palermo como en Messina (p. 125). Seg�n la documentaci�n obrante, la mayor parte de las fuentes de financiaci�n de la nueva Universidad, a fecha de 22 de agosto de 1805, proced�an de la asignaci�n de los fondos de la hacienda de la Compa��a de Jes�s.
La presencia del monarca Fernando y de la Corte en Palermo, capital del reino borb�nico, constitu�a una novedad de relieve para la nueva ciudad y tambi�n para la Universidad. Durante la d�cada de 1806-1816, el primero despu�s de la instituci�n de la Universidad de los estudios, que coincid�a con la presencia de la Corte en Palermo, la poblaci�n estudiantil se increment� en una media anual de 460 estudiantes, lo que supon�a un aumento notable respecto al decenio precedente, que hab�a contado con una media de 277 estudiantes. Entre octubre y noviembre de 1809 el monarca acept� la propuesta de reforma universitaria realizada por la Junta (p. 232). Hasta 1809 la Universidad de Palermo licenciaba b�sicamente a abogados y m�dicos. De hecho, el 8 de noviembre de 1809 se exig�a a los estudiantes que quer�an ejercer la profesi�n de m�dicos conseguir necesariamente la licenciatura en la Universidad, para evitar subterfugios como el no pago de las tasas. El Decreto de 22 de enero de 1817 equipar� las dos Universidades de Palermo y de Catania a la de N�poles, lo que confirmaba el privilegio de conferir grados doctorales en estas universidades. Esta obligaci�n de t�tulo universitario para el ejercicio de determinadas profesiones, as� como para el acceso a determinados empleos p�blicos hizo que el Ateneo de Palermo adquiriera nuevamente la relevancia que tuvo anta�o. En el per�odo comprendido entre 1825-1826 se inici� un proyecto de reforma universitaria, que hac�a referencia a los cuatro estudios tradicionales de Teolog�a, Filosof�a, Derecho y Medicina, obviando la creaci�n de una Facultad de Ciencia F�sica y Matem�tica, como la existente en N�poles (pp. 355-405). Pero durante algunos a�os, hasta 1839, dej� de hablarse de la reforma de los reglamentos de la Universidad de Palermo. En octubre de 1834, el Gobierno decidi� instituir en la Universidad de Palermo la c�tedra de Qu�mica aplicada a las artes. Pero uno de los principales problemas que tuvieron estas Universidades fue la cuesti�n de los sustitutos. Efectivamente, con la apertura del a�o acad�mico 1837-1838, deb�a afrontarse nuevamente el tema del nombramiento de los interinos. Las ense�anzas universitarias en Palermo estaban distribuidas en cinco facultades, adem�s del Colegio de Bellas Artes: Teolog�a, Jurisprudencia, Ciencia M�dica, Ciencia F�sica y Matem�tica, Filosof�a y Literatura. De ah� la necesidad de establecer mecanismos para la selecci�n de los docentes, as� como la regulaci�n de los ex�menes y la normativa que los estudiantes deb�an cumplir y asumir para el buen funcionamiento de esta instituci�n. En el aula, el docente constitu�a la m�xima autoridad para el mantenimiento del orden y de la docencia. Otro momento importante fue cuando, con el inicio del a�o acad�mico 1839-1840, se plante� el problema de la cobertura de la ense�anza de la Historia natural (p. 520).
El 12 de enero de 1848 la poblaci�n de Palermo se levant� contra los Borbones, dando inicio a las revoluciones europeas. Los docentes de la Universidad de Palermo participaron en las labores parlamentarias e hicieron importantes aportaciones al servicio de la causa revolucionaria (p. 573). De hecho, la C�mara de los Comunes vot� el 13 de abril de ese mismo a�o la supresi�n de esta estirpe del trono de Sicilia. Con el retorno de los Borbones, en mayo de 1849, fue anulado el nombramiento del gobierno revolucionario, pero ya muchos docentes hab�an optado por la v�a del exilio.
Esta obra pretende conmemorar el bicentenario de la fundaci�n de la Universidad de Palermo. De hecho, el archivo hist�rico de la Universidad tan s�lo ha sido recientemente ordenado en la parte m�s antigua. Por este motivo, el autor considera la importancia y notable consistencia de la documentaci�n del fondo de la Consejo Superior de la Instrucci�n P�blica y Educaci�n y valora como fundamental la necesidad de concentrar su trabajo hasta el per�odo de 1860. [Recibido el 12 de enero de 2011].
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