Revista europea de historia de las ideas políticas y de las instituciones públicas
ISSN versión electrónica: 2174-0135
ISSN versión impresa: 2386-6926
Depósito Legal: MA 2135-2014
Presidente del C.R.: Antonio Ortega Carrillo de Albornoz
Director: Manuel J. Peláez
Editor: Juan Carlos Martínez Coll
LA VOZ DE LA JUVENTUD: LA INFLUENCIA DE LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA EN EL MAYO DEL 68 FRANCÉS
María Cristina TANASE
Introducción
Los años sesenta serán claves en la historia mundial de la segunda mitad
del siglo XX. Después de la posguerra el escenario global se vio invadido por
un sentimiento de desasosiego, de insatisfacción con el mundo donde les ha
tocado por parte de los más jóvenes, de estudiantes, de obreros, y que, con el
apoyo de algunos intelectuales, han decidido salir a las calles como
contrapoder a una sociedad cada vez más consumista, a unos gobiernos cada
vez más autoritarios. La irrupción mundial de las manifestaciones estudiantiles
y obreras de los años sesenta son un punto central e indispensable para
entender al conjunto de movimientos sociales, antisistema y anticapitalistas
actuales. En ese clima de descontento, de rebeldía, ocurren dos revoluciones
que no dejarán indiferentes al resto de países a nivel mundial, estas son la
Gran Revolución Cultural Proletaria China (GRCP), 1966-1976, y el Mayo del
68 Francés (1968). El primer denominador común de las dos es el pensamiento
maoísta, teniendo siempre presente que en Francia se hicieron populares otros
pensamientos a la par que el maoísmo, pero que el que tenía más peso es este
último. Asimismo, se pondrán en común las motivaciones y los ideales, los
deseos de cambio que tenían los estudiantes para tomar las calles, las
instituciones, o intentar purgar a las clases explotadoras. Sin olvidar que las
circunstancias de la GRCP fueron diferentes, que fue el mismo gobierno quien
los alentó y apoyó para rebelarse, en Francia, por el contrario, son los
estudiantes y jóvenes, más tarde obreros y trabajadores, quienes decidieron
tomar las calles, y resistir, aunque por poco tiempo, a la represión de la policía
y el gobierno de De Gaulle.
Objetivos, Estructura y Metodología
Actualmente, a través de Internet, se puede acceder a todo tipo de
información sobre sucesos históricos como los que atañan a esta investigación,
el problema viene siendo que la historia no es objetiva, siempre hay que tener
en cuenta quién o quiénes la cuentan, ¿hay solo una historia como tal?
Partiendo de estas premisas, se puede afirmar que “todo sistema de educación
es una forma política de mantener o modificar la educación de los discursos
con los saberes y los poderes que implican” (Foucault, 1970, p. 27). Lo que me
motivó a intentar profundizar más en este tema es que la mayoría de los
historiógrafos e intelectuales no le han dado la importancia que merece a las
razones por las cuales los jóvenes decidieron rebelarse. En el caso de China,
para muchos cobran más importancia la manipulación ideológica de Mao
Zedong y el culto a la personalidad de este, en el caso de Francia las revueltas
estudiantiles se consideran un fracaso, unos jóvenes inexpertos que deciden
“tomar la palabra”, pero sin tener un peso real en ningún ámbito. En el caso del triunfo del maoísmo en Francia, al igual que en otras partes del mundo, se le
achaca al intento de Mao de introducir su pensamiento en el resto del planeta,
a través de pagos, de campañas y propaganda que hacían las embajadas
chinas a organizaciones en otros países, en definitiva, la eterna sospecha hacia
China. Pero no se paran a pensar por qué los estudiantes se identificaban con
la doctrina maoísta. En el mundo actual es importante recordar y tener memoria
histórica, y no dejarse llevar por el conformismo, y seguir luchando para que las
desigualdades, la discriminación, el machismo, el capitalismo que nos hace
vivir en una ilusión de libertad y propicia que un producto defina nuestra
personalidad a través del consumismo, la explotación, no tengan cabida en
nuestro futuro y el de nuestros hijos. En el fondo las exigencias de estos
jóvenes, no distan tanto de las nuestras, un cambio en la sociedad, y un futuro
más esperanzador. El principal objetivo de la puesta en común de estas dos
revoluciones de gran trascendencia social, cultural y política a nivel mundial es
la reflexión en profundidad sobre la influencia que tuvo una sobre la otra, en
este caso la GRCP (sin separarla de figura de Mao Zedong y su pensamiento)
en las revueltas de Mayo del 68 Francés, y, teniendo en cuenta no sólo la
ideología, sino las motivaciones y los ideales del estudiantado y los obreros
que participaron en ellas.
En la búsqueda de información he optado por escoger artículos en español,
y cuando no fue posible, recurrir al inglés, porque quería que mi comprensión,
como hablante del español, sobre los textos fuera la más transparente posible.
A la hora de transmitir ideas e información la claridad es indispensable. Me he
servido de otros tipos de materiales como traducciones del francés al español,
o del chino al español, de documentos oficiales que he incluido en la
bibliografía por si el lector tuviese curiosidad en echarle un vistazo. Lo mismo
con carteles que se hicieron durante las dos revoluciones y que tienen un gran
peso ilustrativo (van incluidos en el anexo). Estos me han llevado a un contacto
más directo en la comprensión de la época en la que se profundiza en este
trabajo. Otro tipo de material al que he acudido, fue el audiovisual, al que se
puede acceder fácilmente y de manera gratuita en Internet. Estos tipos de
materiales no son menos importantes, y creo que el impacto de lo visual puede
acercar más al lector a la información que quiero transmitir.
En cuanto al cuerpo del trabajo, estructuraré el análisis en tres partes, siendo
la primera, una contextualización global de los movimientos surgidos en todo el
mundo en los años sesenta, especialmente a finales de los sesenta, y una
reflexión sobre las causas de estos. Las dos revoluciones en cuestión tampoco
se entenderían sin el contexto mundial.
En la segunda parte ya se entrará en un análisis de las razones por las
cuales se dio la GRCP en China, que tendrá tres subapartados, los precursores
internos de la revolución, los externos y un breve resumen sobre el desarrollo y
la organización de las masas durante la GRCP. En todo momento la mira de
atención serán las causas de la revolución y el pensamiento maoísta, y no una
narración en orden cronológico de los hechos históricos.
La tercera parte la ocupará el Mayo del 68 francés que tendrá dos
subapartados, en el primero se profundizará en los antecedentes de las
revueltas que dieron pie a lo que se explicará en el segundo subapartado, el triunfo de los “nuevos izquierdismos” en Francia, en concreto el maoísmo, y un
breve resumen de las revueltas.
Por último, se añadirán las conclusiones nacidas del análisis de las dos
revoluciones en cuestión y su puesta en común.
1. Una(s) Revolución(es) Global(es): los convulsos y triunfantes años
sesenta
La oleada de manifestaciones que irrumpieron en el escenario mundial en
los sesenta y continuaron hasta los setenta tuvieron una repercusión
monumental en aquello que consideramos como nuestro mundo
contemporáneo. Un sector de la población, que por aquella época tenía poco
peso tanto a nivel social como político, será el actor principal y jugará un papel
muy importante en las múltiples revueltas, manifestaciones, revoluciones que
se sucedieron en China en 1966, México, Francia, Checoslovaquia en 1968,
Italia en 1969, Colombia y Argentina 1971 etc., y ese será el sector estudiantil,
al que se fue uniendo progresivamente otros movimientos populares. Este
nuevo agente social, antes inexistente a efectos de movimiento revolucionario y
“sometido, dominado y oprimido tanto políticamente como ideológicamente”
(Rojas, 2018, p. 186), será quien de forma casi inesperada dé pie a que haya
un cambio, a largo plazo, en muchos ámbitos de la sociedad, y de alguna forma
también a nivel político porque hasta entonces era el movimiento obrero el
sector revolucionario por excelencia, sin que estén presentes otros sectores
que sufrían no solo de explotación económica, sino además otros tipos de
abusos como discriminación de diferente índole, opresión, jerarquías de poder,
etc. Esos movimientos subalternos tomaron como ejemplo el auge de todas las
revueltas estudiantiles que provocaron una crisis social y política, en mayor y
menor grado dependiendo del lugar y tiempo, por eso algunos pensadores
prefieren referirse a las revoluciones de finales de los sesenta como “revolución
cultural mundial” (Rojas, 2018).
Se ha debatido y cuestionado mucho las razones por las cuales jóvenes y
estudiantes de todo el mundo han decidido tomar una posición revolucionaria,
en algunos casos violenta, llegándose a tachar de terrorismo juvenil, pero no se
ha llegado a un consenso. Cierto es que tampoco se ha prestado la suficiente
atención y se ha intentado quitar importancia por parte del poder a este
movimiento reduciéndolo a una mera “toma de palabra” (Rojas, 2018, p. 184),
sin tener en cuenta que el comienzo de toda reivindicación es la toma de
palabra, seguida de acciones que la reafirmen. Resulta muy difícil agrupar e
intentar clasificar esta oleada de revoluciones globales porque todas se dieron
en contextos distintos, en un lapsus de tiempo diferente en algunos casos, se
revindicaban y exigían cambios políticos, económicos y sociales que no
coincidían de un país a otro, de un continente a otro, pero todos estos
movimientos tenían algo en común: se manifestaban como antiautoritarios al
poder dominante, pero también se habla de una ruptura generacional, que se
transcribe por el rechazo al pensamiento de la generación anterior, un rechazo
que se hace evidente sobre todo en la GRCP en China, romper y destruir todo
lo “antiguo”, teniendo siempre en cuenta que aunque el descontento de los
jóvenes chinos era palpable, fue Mao Zedong quien alentó a las masas a hacer
la revolución.
Esta ruptura se da de manera distinta en contextos distintos, según la
antropóloga Margaret Mead (1971, como se citó en Waldman, 2000, p. 24) la
“revolución tecnológica” en los países democráticos/capitalistas y, en algunos
que hacían parte del tercer mundo1
, hizo que las generaciones anteriores que
seguían teniendo modelos más tradicionalistas, y eran estas generaciones
quienes seguían teniendo un poder y un rol dominante en la sociedad, no
dejaran lugar a las nuevas generaciones de participar plenamente en la
sociedad y de ejercer su nuevo rol en la vida colectiva compitiendo con esas
nuevas “armas tecnológicas” por los puestos de trabajo. De este modo los
movimientos y revueltas estudiantiles “serían la puesta en evidencia de esta
asincronía entre el desarrollo social y las instituciones políticas” (Waldman,
2000, p. 24).
Desde un punto de vista sociológico estas revueltas se pueden explicar a
través de lo que Mannheim (1993) denomina como “unidades generacionales”,
que en este caso sería la relación del tipo de militancia de los jóvenes con su
situación familiar, que incluye las tradiciones ideológicas, la situación
económica etc. Asimismo, la gran parte de estudiantes y jóvenes que
provenían de familias con ideologías de izquierda eran propensos a ser más
activos en la militancia, de igual manera si provenían de familias obreras. Es lo
que pasó durante la década de los sesenta con el movimiento estudiantil
alemán, en la República federal alemana por aquel entonces, contra el
autoritarismo del gobierno de Heinrich Luebke (1967-1969) y el repudio del
pasado nazi, que dio pie a un cambio significativo hacia la izquierda y un
activismo estudiantil cada vez más radical.
Hay que tener en cuenta que, en su mayoría, los jóvenes militantes no
seguían a la izquierda tradicional, de hecho, había fuertes críticas a muchos
estados socialdemócratas o simplemente comunistas por integrarse en el
sistema y no cumplir con las expectativas que suscitaron, además, las críticas a
los partidos gobernantes de carácter fuertemente autoritario. Por eso, se
intentan buscar ideologías alternativas como el pensamiento maoísta que
triunfó en Francia hasta desembocar en lo que se conoce como el mayo del 68,
y también es una de las ideologías que más seguirán una parte del
estudiantado en Italia a partir del 67 cuando estallaron las protestas hasta
finales de los setenta, aunque habrá otras expresiones ideológicas como el
neofascismo. En algunos países latinoamericanos, optaron también por el
maoísmo, y es que hay constancia de que a partir de los años treinta ya
existían folletos y documentos traducidos del pensamiento de Mao Zedong,
pero no fue hasta los años sesenta cuando de verdad se introdujo en varios
países. El maoísmo hacía parte de la nueva izquierda porque muchos se
oponían a los partidos comunistas revisionistas, término último que se definirá
en profundidad más adelante. En esta búsqueda de nuevos paradigmas en la
izquierda de Latinoamérica, el triunfo de la Revolución cubana (1959), y que
China apoyara esta revolución, el maoísmo se hizo cada vez más popular. Así
pasa en Guatemala con la ruptura entre las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), marxistas-leninistas con tintes maoístas y el Partido Gualtamalteco de Trabajo
(PGT), marxistas-leninistas, y que daría pie a que durante los 68 haya guerrillas,
movilizaciones y luchas armadas en las que murieron muchos ciudadanos y
militantes. A partir del 26 de julio de 1968, en México, muchísimas marchas
estudiantiles y otras movilizaciones populares, algunas con ideologías
fuertemente maoístas, desembocaron en lo que se conoce como la matanza de
Tlateloco (2 de octubre de 1968), donde murieron miles de estudiantes. En
Colombia, el Ejército de Liberación nacional (ELN), también con tendencias
marxistas-leninistas, que, en las guerrillas del 68 cuando ya contaban con
integrantes que seguían la ideología maoísta, utilizaron la lucha armada para
denunciar las desigualdades sociales y la opresión que sufrían estratos de la
sociedad como campesinos, obreros, estudiantes, niños etc. El maoísmo y
otras ideologías que surgieron después de la Revolución cubana, como el
guevarismo2
, se introdujeron de lleno en el escenario latinoamericano de los
sesenta y en algunos casos siguieron hasta terminar la Guerra Fría.
No es suficiente, sin embargo, afirmar que la crisis del comunismo tradicional
o el revisionismo, o los gobiernos locales autoritarios sean las únicas razones
que impulsaron a los jóvenes en todo el planeta a movilizarse:
Resulta fácil probar que el hecho de la contemporaneidad cronológica no
basta para constituir posiciones generacionalmente afines. Nadie querría
sostener que la juventud china y la alemana se encontraran en afinidad de
posición en torno a 1800. Sólo se puede hablar, por lo tanto, de la afinidad
de posición de una generación inserta en un mismo período de tiempo
cuando, y en la medida en que, se trata de una potencial participación en
sucesos y vivencias comunes y vinculados. (Mannheim, 1993, p. 216)
Esto explica porqué países vecinos o con un destino similar se hayan
movilizado por las mismas causas, teniendo también en cuenta que el mundo
quedó dividido en bloques (haciendo referencia a los países capitalistas y el
bloque liderado por la URSS) que de una manera u otra intentaban o
directamente controlaban los países que conforman el tercer mundo. Asimismo,
no sorprenden las ofensivas guerrilleras y los combates en Vietnam (1968)
contra la ocupación de las tropas estadounidenses en Vietnam del sur.
Nuestra resistencia se ha convertido en la vanguardia de la lucha de los
pueblos del mundo contra el imperialismo yanqui agresor. Los pueblos de
los países socialistas, los pueblos progresistas del mundo consolidan aún
más su unión con nosotros en la lucha contra el enemigo común. La
simpatía, el apoyo y la importante ayuda de la humanidad progresista
constituyen uno de los factores determinantes en la victoria de nuestra
resistencia. (Vo Nguyen, 1974, como se citó en Santana, 2018, p. 183)
Paralelamente, en Estados Unidos ocurrió el homicidio de Martin Luther King
que luchaba por los derechos civiles de los afroamericanos y participó activamente en protestas contra la guerra en Vietnam, lo que ocasionó una
oleada de revueltas muy fuertes entre los jóvenes.
El sentimiento antimperialista y anticolonialista no solo iba dirigido hacia
Estados Unidos, sino también hacia Francia. En Senegal, entre los años 1967 y
1968, tuvieron lugar una serie de revueltas y manifestaciones que hicieron
tambalear el régimen pro-francés de Senghor, que fueron duramente
reprimidas.
El desastre que dejó la Segunda Guerra Mundial (1940-1945), el panorama
de incertidumbre, el deseo de liberación y el temor a una tercera guerra
mundial fueron razones de peso para que estos jóvenes desearan un futuro
distinto a sus antecesores.
Por lo tanto, los movimientos estudiantiles tuvieron un papel crucial en estas
revueltas a nivel mundial, pero también sus interacciones con organizaciones,
otros grupos sociales y partidos políticos. Y es que el intercambio de ideas, los
debates y las discusiones en torno a la búsqueda de alternativas por vía
pacífica o más revolucionaria para un verdadero cambio en diferentes ámbitos
de la sociedad, tuvieron su confrontación dentro de las universidades y
escuelas, en lugares de encuentro y puntos de reuniones juveniles como
albergues, comedores, dormitorios etc.
2. La Gran Revolución Cultural Proletaria China
Para hacer la revolución, se necesita un partido revolucionario. Sin un
partido revolucionario, sin un partido creado conforme a la teoría revolucionaria
marxista-leninista y al estilo revolucionario marxista-leninista, es imposible
conducir a la clase obrera y las amplias masas populares a la victoria sobre el
imperialismo y sus lacayos.
¡Fuerzas revolucionarias del mundo, uníos, luchad contra la agresión
imperialista!
(Mao Zedong, noviembre de 1948)
En 1948, un año antes de que se formara la República Popular de China (1
de octubre 1949), Mao Zedong ya afirmaba que sólo a través de un partido
revolucionario y a través de una revolución constante siguiendo el marxismoleninismo podrían lograr un verdadero estado marxista-leninista y podrían
deshacerse del lastre imperialista. En ese momento China había sufrido casi un
siglo de hostigamiento y agresión por parte de las potencias del denominado,
en términos actuales, Norte global, dos invasiones que acabaron en cruentas
guerras por parte de su vecino Japón, la caída del último imperio Qing (1644-
1912), guerras civiles, guerras internas en diferentes puntos del país. Con una
China asolada y humillada tras cien años convulsos y de constantes guerras
resultaba legítima la afirmación de Mao Zedong. Quince años después, la
misma afirmación se proyectará el 18 de agosto de 1966, cuando Mao Zedong
reunió en la plaza de Tiananmen a jóvenes, obreros, estudiantes y las masas
populares en general para que hicieran la revolución. El resultado será lo que
se conoce como la GRCP que durará diez años (1966-1976), donde los
primeros tres años serán los más difíciles. Esta vez el enemigo no solo era el imperialismo, sino que se sumaban otras causas, no solo internas, también
externas.
Antes de adentrarse en las causas y acontecimientos externos, se intentará
explicar el panorama que se vivía en China y los precursores internos de la
GRCP.
2.1 Precursores internos
Después de establecerse oficialmente la República Popular de China (RPC),
y tras sentar sus bases institucionales y jurídicas con la celebración de la
Asamblea Popular Nacional (1954), el socialismo en China avanzó muy rápido
y, gracias a los planes y reformas económicas, la economía también
experimentó un rápido crecimiento. Para 1958, Mao Zedong creía que la
velocidad en la que iban avanzando tanto políticamente, socialmente, como
económicamente no era suficiente, por eso, junto a otros dirigentes del partido
decidieron poner en marcha un plan conocido como El gran salto adelante
(GSA, 1958-1961). Las medidas que tomaron fueron movilizar la enorme mano
de obra del país, con el fin de producir material para el mismo, llamada también
línea de masas. Según Mao Zedong (1955) la línea de masas parte del
principio por el cual “las masas populares están dotadas de un poder creador
ilimitado. Son capaces de organizarse y dirigir sus esfuerzos hacia todos los
campos de todas las ramas en que pueden desplegar su energía.” (Baby, 1967,
p. 217), y el Partido se encargaría de guiarlas a través de la teoría marxistaleninista, pero antes tendrían que aprender tanto de sus errores, como de la
situación real de las masas y sus necesidades, teniendo siempre en mira llegar
a alcanzar una sociedad sin clases.
Durante el GSA, se llevaron a cabo actividades humanas como la
construcción de infraestructuras con elementos básicos, la fundición de hierro
en hornos llamados “familiares” usando todo tipo de herramientas y utensilios
de uso personal. Para que no se perdiera tiempo se instauraron las cocinas
colectivas dentro de las comunas populares. También hubo una tremenda
deforestación en este intento de empuje hacia la economía que causó
desastres naturales como lluvias torrenciales, inundaciones etc. Todo esto
sumado a que la colectivización agrícola fracasó, y la mala calidad del hierro
fundido, desembocó en una gran hambruna con millones de muertos, y que
deja al país sumido en una crisis económica brutal. Es importante tener en
cuenta que los cuadros del partido locales y los gobiernos provinciales durante
esta crisis mandaban informes falsos a la sede central en los que exponían que
los logros del GSA, por lo tanto, no es hasta finales de 1960 cuando el fracaso
del GSA se hace muy evidente y es imposible ocultarlo. Se pone en marcha un
plan de rectificación de la línea de masas, y ya en 1962 se empiezan a debatir
las causas de este fracaso y la conclusión a la que han llegado fue que los
errores humanos, las catástrofes naturales y el Partido de liderazgo central son
responsables de esa crisis. Tras las críticas del GSA, Mao Zedong se fue del
poder, aunque seguía conservando su cargo como presidente del partido y
como presidente de la Comisión Militar Central, quedándose a cargo de las
tareas del Estado su sucesor en jerarquía, Liu Shaoqi y el secretario general
del partido Deng Xiaoping.
Estando fuera de los cuadros del partido a efectos prácticos, Mao Zedong
decidió poner en marcha una campaña de educación socialista contra el
autoritarismo y el borreguismo que había florecido ya desde el GSA en el
campo y que hacía parte de varios cuadros del partido. Baby (1967) explica
que “el autoritarismo es el defecto de los que quieren imponer su voluntad por
medio de las medidas administrativas, sin tomar en cuenta la conciencia real de
las masas” (p. 219), una práctica que era cada vez más habitual dentro de los
cuadros del partido, ya fueran locales, provinciales, o del partido central. Liu
Shaoqi junto a otros dirigentes del partido empezaron campañas y purgas
contra instituciones y cuadros locales donde había irregularidades. Pero, Mao
seguía insistiendo de que no solo había que centrarse en los cuadros
pequeños, sino que estaba convencido que dentro del partido central había
facciones que seguían el capitalismo, o según este que estaban tomando la vía
capitalista. Asimismo, cuando la GRCP estalló, varios dirigentes del partido
cayeron como el ex alcalde de la capital Peng-Chen, o Lu Tung-Yi, antiguo
encargado de la propaganda del partido, que no fueron solo acusados de
seguir la vía capitalista, sino de que han estado perpetuando el antiguo
régimen chino. Y es aquí cuando cae, sorprendentemente, Liu Shaoqi, uno de
los promotores de la GRCP. De historiador a historiador, de teóricos a
conocedores sobre GRCP hay cierto debate sobre las intenciones reales de
Mao Zedong y el miedo a ser relegado completamente de estar a cargo del
liderazgo del partido, de ahí que se le acuse como “conspirador” en contra de
Liu Shaoqi. Sin embargo, la acusación contra el presidente en funciones del
Partido Comunista Chino (PCCh) no eran del todo infundadas. Con la reedición
de su libro en 1962 Para ser un buen comunista (originalmente escrito en 1939)
declara que cualquier represión por parte de los cuadros del partido o la
autoridad es válida si es en pro de la mayoría, —entiéndase aquí mayoría
como el pueblo chino. Además, el partido comunista, altamente jerarquizado
favorecía siempre a los que hacían parte de este, menospreciando en muchas
ocasiones a las masas populares. Las luchas ideológicas, las luchas de clases
no se llegan a materializar, sí gran parte de sus seguidores no han tenido unas
experiencias previas que los lleven a simpatizar o confirmar los principios de
estas luchas. En el caso de la GRCP el autoritarismo estaba muy marcado,
incluso con el intento de ir deshaciéndose de los pensamientos y las ideas
tradicionalistas, con el intento de dejar atrás el feudalismo del antiguo régimen
chino, las generaciones que lo han vivido difícilmente cambiarán el sistema en
el que obraban antes. Estas razones tendrán mucho peso para los jóvenes que
han desarrollado otra forma de pensar.
2.2 Precursores Externos
El comunismo chino, que se puede transcribir por el pensamiento de Mao
Zedong, estaba luchando por no contagiarse del capitalismo, y es aquí donde
entran los factores externos, o precursores externos de la GRCP.
Durante años, China y la Unión Socialista de las Repúblicas Soviéticas
(URSS) tuvieron unas relaciones muy buenas, de hecho, cuando se instauró la
República Popular de China, en un primer momento, Mao Zedong decidió
seguir las bases y principios de la URSS, y ya en 1954, junto a los demás
dirigentes fundaron sus propias bases. En estos años recibieron ayuda económica, tecnológica y humana de la URSS, al considerar Stalin que este la
RPCh se podría convertir en un nuevo satélite de la Unión Soviética.
Después de la muerte de Stalin en 1953, el que por aquel entonces ocupaba
el cargo de Primer Secretario del Partido de la Unión Soviética (PCUS), Nikita
Jrushchov (1884-1971), con quien RPCh mantenía buenas relaciones en un
principio, hace una crítica y una denuncia abierta al antiguo dirigente Iosif Stalin
en el XX Congreso del PCUS. En su discurso secreto “Acerca del culto a la
personalidad y sus consecuencias” (1956), Jrushchov no solo se manifiesta en
contra del culto a la personalidad de Stalin, sino que también denuncia las
deportaciones en masa, o las represiones a sus camaradas políticos y los
genocidios cometidos por este. Desde entonces las relaciones sino-soviéticas
empiezan a ser cada vez más distantes, no porque Mao fuese un ferviente
simpatizante de Stalin, sino porque Jrushchov (1956) declaró que en la Unión
Soviética ya no existía la lucha de clases porque “el pueblo soviético cosecha
los frutos de la profunda revolución cultural llevada a cabo en nuestro país”
(Baby, 1967, p. 214).
Contrario al pensamiento de Mao, parece que tanto Stalin (en el pasado),
como Jrushchov no le daban importancia a la lucha de clases y se enfocaban
más en la industrialización y en las reformas económicas, dando por hecho que
el comunismo había triunfado totalmente en la URSS y que la dictadura del
proletariado ya no tenía sentido. Esto sumado a una serie de acontecimientos
como la negativa de apoyar al Ejército Popular de Liberación (EPL) en el
ataque contra los archipiélagos Matsu y Quemoy (1958), bajo el régimen
nacionalista de Taiwán, como el escaso apoyo a Cuba por parte de la Unión
Soviética en la llamada Crisis de los misiles en Cuba (octubre 1962), y la
decisión de la URSS a una coexistencia pacífica con Estados Unidos y la
mayor parte de países capitalistas, hará que los comunistas chinos acusen de
“revisionistas modernos” a los cuadros del partido de la Unión Soviética. Este
término, “revisionismo” lo utilizaron los soviéticos para referirse a aquellos que
se alejaban o hacían una revisión a la teoría “ortodoxa” marxista. En el contexto
chino se referían claramente a la nueva posición que estaban tomando los
dirigentes de la URSS. Tras la crítica al GSA que Jrushchov hizo en 1960, y la
respuesta del PCCh donde les reprochaba que estuviesen “retomando el
camino del capitalismo” (Roch, 2017, p. 5), finalmente la ruptura de las
relaciones sino-soviéticas se completa, cerrando con la declaración de
Jrushchov en la revista Kommunist en 1963:
Es evidente que en una serie de países socialistas, como China, quedan
restos de las antiguas clases explotadoras; pero en lo que concierne a la
Unión Soviética, donde la victoria del socialismo es completa y definitiva,
esto pertenece a un pasado lejano. Sólo la ignorancia total de las
relaciones reales que existen en la Unión Soviética puede explicar las
alusiones que hacen las publicaciones oficiales chinas a un peligro de
restauración del capitalismo. (Baby, 1967, p. 215)
Esto fue un aliciente bastante importante para lo que ocurrirá unos años más
tarde con la GRCP. Primero porque Mao Zedong temía que, al igual que pasó
con Stalin, los camaradas de su partido hicieran lo mismo, y segundo por la
importancia que le daba a la lucha de clases constante, y a la purgación cada cierto tiempo dentro de los cuadros del partido. Este miedo hace que la RPCh
se aísle, y que la aislen, porque no se adaptaba ni le seguía el juego a uno de
los países capitalistas clave: Estados Unidos.
2.3 Organización y Desarrollo de la GRCP
Como se ha comentado anteriormente Mao Zedong ya había comenzado
con las campañas de educación socialista unos años atrás, antes de que
comenzara oficialmente la GRCP. En 1959, durante la conferencia de Lushan,
se destituye a Peng Huai (1898-1974), ministro de Defensa, por Lin Biao, y este
junto a la esposa de Mao Zedong, Jiang Qing, serán unos aliados importantes
de Mao Zedong en la GRPC, ayudarán también a que el culto a la personalidad
de Mao se intensifique cada vez más. De hecho, será Lin Biao quien recopile
discursos que Mao había pronunciado estando a cargo del partido, citas que
tomarán forma en el Libro rojo de Mao (1963). Al igual que Jiang Qing que se
ocupará de dirigir obras de teatro socialistas y revolucionarias.
Según Roch (2017) la GRCP se puede dividir en dos etapas cruciales,
aunque en realidad haya durado diez años, la de la insurrección política con la
formación de organizaciones llamadas guardias rojas de 1966 al 1968, y una
segunda etapa con la movilización y el reasentamiento de jóvenes y
estudiantes de las ciudades al campo a finales de los Sesenta (p. 11).
A partir de finales de mayo de 1966 se formaría lo que se conoce como
guardias rojas, que fue un movimiento de masas principalmente formada por
jóvenes y estudiantes, tanto universitarios como de secundaria que, animados
por Mao Zedong y seguidores de este, se proponían luchar contra los “cuatros
viejos”: el viejo pensamiento, la vieja cultura, el viejo hábito y las viejas
costumbres. Aunque no será hasta el 24 de agosto cuando se tome la decisión
por parte del Comité Central del PCCh sobre la GRCP, que se plasma sobre el
Documento de los ‘16 puntos:
La lucha que sostiene el proletariado contra la vieja ideología, cultura,
hábitos y costumbres legados a lo largo de miles de años por todas las
clases explotadoras, se prolongará por un periodo muy, muy largo. Por lo
tanto, los grupos, comités y congresos de la Revolución Cultural no deben
ser organizaciones provisionales, sino organizaciones de masas
permanentes y duraderas. Son adecuadas no solo para las escuelas y las
instituciones, sino en lo fundamental también para las fábricas, minas y
otras empresas, para los barrios y aldeas3
.
Tras la convocatoria de Mao Zedong a miles de estudiantes en la plaza de
Tiananmen el 18 de agosto, y una vez establecidos los puntos principales de la
GRCP, comienza una ola de manifestaciones a las que se unen las fuerzas
armadas les facilitan el transporte. Se han llevado a cabo unas series de
acciones destructivas como quemar templos budistas, libros clásicos, templos
confucianos y todo tipo de objetos que puedan vincularse a la sociedad china antigua (ver anexo 1). En el ámbito institucional y humano también hubo
purgas para apartar de su cargo a todos aquellos funcionarios o dirigentes que
estaban bajo sospecha de revisionistas, que se iban alejando del socialismo
para tomar la vía capitalista (ver anexo 2), los acusados de haber tenido
conductas autoritarias y elitistas en el pasado. Los guardias rojos contaban con
el apoyo y la autorización del gobierno para hacer críticas a gran escala dentro
y fuera de las universidades, escuelas, y se fue expandiendo a los demás
movimientos de la población, como los obreros y otros trabajadores. En todas
las universidades, escuelas y en general en la calle había periódicos murales,
llamados “periódicos de grandes caracteres” (dazibao 大字报), en los que
exponían que rebelarse es justificable y, por lo tanto, también la violencia (ver
anexo 3). Los castigos que se les imponían a los funcionarios, escritores,
intelectuales, incluso miembros de los cuadros del partido, eran despojos de
bienes, encarcelamientos, palizas, humillaciones públicas colgando letreros de
madera del cuello con insultos. En ese momento había dos entidades públicas
que intentaban controlar de alguna forma a los jóvenes rebeldes, una era el
gobierno central que seguía en pie, encabezado por Zhou Enlai y otra el Grupo
Central Revolución Cultural (GCRC). Zhou Enlai formó grupos para frenar a los
guardias rojos demasiado violentos, o para limitar las sublevaciones. Las
diferentes facciones que surgieron primero en Pekín y Shanghai, y después se
extendieron por toda China, oscilaban entre muy violentas y menos violentas y
también con peticiones y motivaciones distintas. En un primer momento la
rebelión estaba pensada para los jóvenes, y que los obreros y campesinos
siguieran trabajando, pero surgieron organizaciones revolucionarias obreras y
campesinas, que en ocasiones chocaban con los guardias rojas, además de
enfrentamientos armados con los militares y enfrentamientos entre las
diferentes facciones de guardias rojos. El caos imperó hasta tal punto que, a
principios del verano de 1968, Mao Zedong junto al Comité Central del partido
decidieron mandar al campo a trabajar millones de jóvenes y estudiantes para
poner fin a la violencia ejercida por los guardias rojos. Pero, los guardias rojos
seguirán existiendo hasta 1976 tomando el nombre de La Liga de Juventud
Comunista, aunque había un control interno mucho más riguroso, se eliminaron
las lecturas en público del Libro rojo de Mao, ya no estaba el culto en exceso a
su personalidad, sí que siguieron existiendo lemas como repudiar la cultura
libresca o aprender de los campesinos.
En 1969, se efectuó el IX Congreso del PCCh, quedando como presidente
Lin Biao, y posteriormente se suspende el cargo de jefatura del estado, y Lin
Biao intenta dar un golpe de estado, que fracasará. A partir 1973, tras la muerte
de Lin Biao, se quedará al frente del país la llamada “Banda de los cuatro”
formada por Jiang Qing (esposa de Mao), y sus colaboradores Yao Wenyuan y
Zhang Chunqiao, y Wang Hongwen, a los que se les condenaron más tarde por
los desastres de la GRCP.
3. Las Revueltas de Mayo del 68 Francés
Nuestro objetivo inmediato es la politización de la Universidad. La UNEF
presionaba por reivindicaciones menores, distribuía de tanto en tanto
volantes en apoyo a Vietnam, pero no había una sola discusión política en el
interior de la Universidad. ¡Ahora queremos hacer de ella un bastión! En
cuanto a las represalias que llevamos a cabo contra el grupo “Occidente”, diré esto: exigimos la libertad de expresión en el interior de la facultad, pero
se la negamos a los partidarios de los norteamericanos […] Es al sistema en
conjunto al que atacamos en nuestras reivindicaciones; al poder político, al
capitalismo, a su concepción de la Universidad; rechazo por parte de los
estudiantes de llegar a formar parte de los futuros cuadros capacitados para
explotar a la clase obrera. (Daniel Cohn-Benedit, 2 de abril 1968)
Los movimientos estudiantiles a los que se les van uniendo los movimientos
obreros que se sucedieron a lo largo del mes de mayo del 68 en Francia, y que
empezaron a materializarse ya unos meses antes, fueron el síntoma del
descontento general con lo que estaba ocurriendo en todo el mundo, en
particular en Francia, bajo el gobierno de De Gaulle. Los jóvenes franceses no
sólo se manifestaban por la educación deficiente y por el autoritarismo dentro
de las universidades, sino también por el consumismo, las políticas
colonialistas y el imperialismo norteamericano. Cierto es que en esos años la
escolarización era cada vez más común, por lo tanto, los jóvenes estudiantes
ya no pertenecían solo a la clase alta, y algunos sí que estaban familiarizados,
o ya tenían una experiencia previa de la sociedad altamente jerarquizada en la
que vivían, donde la clase obrera siempre salía perdiendo. También
conscientes de que la gran mayoría no había trabajado nunca, no proyectaban
esta lucha a largo plazo sin la ayuda de los obreros. Las revueltas del mayo del
68 tuvieron una repercusión importante en el ámbito cultural y social, dando pie
a que otras voces subalternas salieran a la calle en los años posteriores para
reclamar sus derechos y denunciar la opresión que estaban sufriendo. Sí a
nivel político las repercusiones no tuvieron una gran transcendencia, lo mismo
que ocurrió en otros países donde los movimientos estudiantiles fueron
reprimidos, sí que ocasionaron una crisis importante en el país, porque sin esos
movimientos no se podría entender el mundo contemporáneo francés.
3.1 Antecedentes de las Revueltas de Mayo del 68 Francés. hacia una
postura anticolonialista y antimperialista
Ex nihilo nihil fit [Nada viene de la nada], decía Parménides, y es que los
movimientos estudiantiles de mayo del 68 francés no fueron la excepción. Los
jóvenes, junto a intelectuales de la época llevaban más de una década
moviéndose y denunciando al gobierno autoritario de DeGaulle y a sus políticas
colonialistas. Sin duda alguna, la confluencia de ideas y pensamientos de la
época, junto a las revueltas o rebeliones de las que se tenía constancia y que
se habían dado en otros países, también fueron decisivas a la hora de
organizarse, tomar las universidades o salir a las calles.
Para entender el descontento generalizado con el gobierno de DeGaulle, y
también con otros partidos políticos en Francia, hay que retroceder en el tiempo
con la Guerra de Independencia de Indochina (1946-1954) y la Guerra de
Independencia de Argelia (1956-1962).
Hasta 1945, exceptuando los cuatro años de ocupación japonesa (1941-
1945), Francia tenía una colonia muy rica en el Sudeste Asiático desde el siglo
XIX, la llamada Indochina, que la conformaba Laos, Camboya y Vietnam.
Francia detenía todo el poder administrativo y económico sobre esta colonia. El
desarrollo económico era cada vez mayor y cubría enteramente los intereses franceses. El Vietminh (liga por la independencia de Vietnam) proclamó el 2 de
septiembre de 1945 la independencia de Vietnam y formó un gobierno
provisional. Tras eso llegan a un acuerdo y Francia reconoce a la República
Democrática de Vietnam (RDVN), con un régimen socialista, como un Estado
libre, pero siempre dentro de la Federación Indochina y la Unión Francesa.
Francia termina por no aceptar perder a Vietnam, además del miedo por el
auge del comunismo en toda Indochina, y manda una ofensiva contra la RDVN.
A partir de ese momento, rebeldes y organizaciones vietnamitas en pro de la
independencia son perseguidos. Sus vecinos Laos y Camboya también
tomarán el ejemplo y se rebelan contra Francia. Finalmente, en la Conferencia
de Ginebra (1954) se llegó a unos acuerdos por los cuales Francia se retiraba
de la Indochina, y se reconocía como Estados independientes a Vietnam del
Sur, Laos y Camboya. “Vietnam salía de la guerra arruinado y dividido entre un
régimen comunista atenazado por China y Estados Unidos y otro que buscaba
su identidad, aunque Norteamérica decidiría su destino” (Devillers, 1998, p.12).
Después de la Segunda Guerra Mundial, las políticas colonialistas dejaron
de verse como algo positivo, y salían cada vez más intelectuales en defensa de
la independencia de los regímenes coloniales. Esta guerra en Indochina trajo
consigo unos estragos económicos muy fuertes en las arcas del estado francés,
lo que ocasionó que la opinión pública tenga una postura de desaprobación
ante lo sucedido. Más adelante, con los “nuevos izquierdismos” se criticará
enormemente la actitud del gobierno francés.
Un factor decisivo fue la represión y la violencia del gobierno de DeGaulle
apoyado incluso por partidos de la oposición, contra el pueblo argelino en la
Guerra de Independencia de Argelia. Tras la pérdida de Indochina, Francia se
vio involucrada en otra guerra, esta vez será en otras de sus colonias, Argelia,
donde tuvo que enfrentarse al Frente de Liberación Nacional (FNL) que
luchaba por independizarse de los franceses que se habían asentado allí desde
1830. Desde el primer momento, Francia se negó a aceptar la independencia
de Argelia, por dos factores importantes:
El primero: Argelia era productora de petróleo, gas y minerales
imprescindibles para la economía francesa. El segundo: la posible
independencia argelina significaría un golpe mortal para los pieds-noirs
porque, casi con seguridad, implicaría la pérdida de las tierras y
propiedades obtenidas con la confiscación desarrollada en el período
colonial. Estos colonos, ya habían formado organizaciones paramilitares
fascistas, que entre 1950 y 1953 realizaron numerosos atentados contra
independentistas, posteriormente aliados al sector militar de extrema
derecha formarían la Organización del Ejército Secreto – OAS por sus
siglas en francés, con acciones en Argelia y Francia. (Iturbe, 2016)
Durante esta guerra, los colonos estaban en desigualdad de armamento,
mientras que los franceses sí que contaban con buena tecnología y material de
guerra. Entre 1957 y 1958, se llevó a cabo la Batalla de Argel, una ofensiva
contra bases militares franceses por parte del FNL para conseguir sus
propósitos, y la respuesta del gobierno francés fueron castigos colectivos,
asesinatos de civiles, en definitiva. ejercer una represión y violencia brutal
contra el pueblo argelino. Esto suscitó un considerable movimiento anticolonialista en Francia que criticaba las acciones tomadas por el gobierno,
dando pie a que en 1960 se firme el Manifiesto de los 121, manifiesto en el que
periodistas, intelectuales, artistas exigen el derecho a la insumisión de los
argelinos y crítica los desastres que están ocurriendo:
Para los argelinos la lucha no soporta ningún equívoco. Es una por la
independencia nacional. Para Francia, en cambio, ¿cuál es la naturaleza?
No es una guerra desde fuera. Jamás el territorio de Francia ha sido
amenazado. Más aún: es llevada contra hombres que el Estado pretende
considerar como franceses, pero que ellos luchan precisamente para
dejar de serlo. Para Francia es una lucha criminal y absurda, mantenida
principalmente por la voluntad del ejército. (Manifiesto de los 121,
Perreira, 1960, p. 77)
En 1962 se firman los acuerdos de Evian, en donde Francia reconoce a
Argelia como estado soberano. Todos ellos fueron tachados de traidores dentro
de Francia y ocasionó que el régimen gaullista introdujera cada vez más
medidas represivas.
3.2 Los “Nuevos Izquierdismos”: el maoísmo anti-jerárquico
La desconfianza hacia el Partido Comunista Francés (PCF), que en un
principio mantuvo una oposición formal hacia el colonialismo, sus
representantes votaron para garantizar las fuerzas especiales en Algeria y para
el presupuesto militar, y las políticas colonialistas del gobierno de DeGaulle
fueron factores importantes para optar por otros pensamientos de izquierda.
Los llamados “nuevos izquierdismos” fueron entre otros como el trotskismo4
, y
el maoísmo. El sentimiento surgido entre jóvenes e intelectuales de rechazo al
imperialismo, al colonialismo, a la enseñanza defectuosa y anticuada dentro de
las universidad-des, sumado a la represión por parte del gobierno, hizo que en
Francia surgiera un maoísmo con características propias, que según Fields
(1984) se puede denominar como un “maoísmo anti-jerárquico”. La idea de
Mao Zedong, en donde expone que el partido aprende de las masas y que se
debe someter a las críticas de estas, les resultaba muy atrayente a los jóvenes
franceses.
En un primer momento el maoísmo dentro de Francia tuvo dos orígenes, uno
dentro del Partido Comunista Francés (PCF), ya adulto, entre los miembros que
simpatizaban cada vez más con las ideas marxistas-leninistas propuestas por
Mao, y que se iban alejando de la postura nacionalista y pragmática tomada
por el PCF durante la Guerra de Independencia de Argelia, que, un poco más
tarde acaban constituyendo el Partido Comunista Marxista-Leninista de Francia
(PCML), y otro origen en los jóvenes maoístas con la Unión de Estudiantes
Comunistas (UEC). Tanto el PCML dependía del PCF, como el UEC del PCML.
En 1965 aparece un nuevo partido que se crea para purgar a la UEC,
llamado Unión de Jóvenes Comunistas Marxistas-Leninistas (UJCML). El
PCML intenta que este nuevo partido se afilie al suyo, pero no lo consiguen, porque estos alegaron que al no tener los miembros del PCML un contacto
directo con los campesinos y los obreros y sus necesidades, no podría luchar
por la causa, decidieron tomar la línea de masas de la que hablaba Mao
Zedong (Fields, 1984, p. 152).
Para el año 1967 estudiantes maoístas e incluso jóvenes miembros de la
UCML estaban haciendo lecturas en público del Libro rojo de Mao, y
participaban en barricadas que anunciaban ya el Mayo del 68 Francés. El
verdadero maoísmo anti-jerárquico surgirá con mucha fuerza a finales de los
años sesenta y principios de los setenta.
Para entender mejor a los estudiantes franceses que decidieron seguir
abrazar los “nuevos izquierdismos, el maoísmo en concreto, sin duda alguna
hay una película que llega a ilustrar muy bien el clima de la época, y es La
Chinoise [La china], escrita y dirigida por Jean-Luc Godard en 1967. Godard
previó realmente lo que ocurrirá un año más tarde en Francia, aunque no de
forma tan radical, de hecho, al comienzo pone “Un film en train de se faire”
[Una película en camino de hacerse]. Trata de un par de estudiantes que
siguen el marxismo-leninismo, y planean tomar medidas extremistas y
terroristas para lograr su cometido, porque solo a través de la violencia pueden
llegar a una verdadera lucha de clases. Cada uno viene de contextos distintos,
y precisamente es Véronique que proviene de una familia burguesa quien
planea bombardear las universidades para cerrarlas, en la última escena mata
a un “revisionista” ruso que está de visita en la Universidad de Nanterre. En
varias escenas están escuchando la radio que informaba el transcurso de la
GRCP desde Pekín. Aunque Godard, hizo la película para criticar las posturas
extremistas y lo que podría desembocar en terrorismo, también refleja y les da
fuerza a los ideales de esos jóvenes, la lucha contra los imperialistas que
oprimen a Asia y a África, critica contra el revisionismo ruso, necesidad de
hacer la revolución, que es a su vez debe ser un acto de violencia. Y en todo
momento, sin perder de vista el libro rojo de Mao y los cuadernos marxistasleninistas.
Sánchez-Prieto (2001) divide los movimientos de mayo del 68 francés en
tres etapas: la fase estudiantil (2-13 de mayo), que da lugar a una insurrección
sin precedente en el Barrio Latino, la fase social (13-27 de mayo), que concluyó
en una huelga generalizada en la que se sumaron otros agentes sociales, y la
fase política (27 de mayo-23 de junio) que obligó a DeGaulle a dimitir (p. 111).
La fase estudiantil había comenzado el 22 de marzo con la protesta de 300
estudiantes en la Universidad de Nanterre, que lograron que se cerrara en
mayo, junto a otras universidades de Francia. Especialmente en el Barrio
Latino, las barricadas y los enfrentamientos con la policía eran cada vez más
violentas, los carteles y los muros, donde se plasmaban el descontento general
de los estudiantes son testimonios vivos de sus sentimientos antiautoritarios,
tanto contra las élites y el gobierno (ver anexo 4), como contra la represión
policial (ver anexo 5), contra el mundo capitalista y consumista, contra la falta
de libertad. La dura represión por parte del gobierno, y la oposición incluso del
PCF a estas, hará que las manifestaciones estudiantiles se terminen antes de
lograr un cambio real a corto plazo en la política del país.
Conclusiones
Dos revoluciones llevadas a cabo por jóvenes y estudiantes con cercanía en
el tiempo, más no en lugar, siendo una de ellas, la GRCP, impulsada por Mao
Zedong que decidió alentar a las masas a romper y destruir todos los restos
que quedaban de la antigua sociedad feudal china y a luchar contra el
capitalismo y el imperialismo, otra que luchaba contra el gobierno autoritario de
DeGaulle y contra la tecnocracia francesa, entre otras cosas, tienen varios
puntos en común. Y, es que en las revueltas del mayo del 68 francés, los
jóvenes, los obreros y algunos intelectuales franceses actuaron en contra de lo
mismo que Mao Zedong y los jóvenes chinos actuaron a partir de 1966.
El Mayo del 68 Francés significó un gran rechazo expresado en unas señas
de identidad « anti », que se transcribe por “antimperialismo, anticolonialismo,
anticapitalismo, antiestalinismo y antiautoritarismo” (Pastor, 2008, p. 37). Tras
la aparición de los nuevos izquierdismos en Francia, en concreto el maoísmo,
casi todas estas expresiones “anti” tuvieron influencia directa del pensamiento
de Mao Zedong. Un maoísmo antijerárquico, en donde la lucha de clases pasa
a ser una realidad, tantos estudiantes como obreros estaban bajo el mando de
los que sí tenían “experiencia”. Un antimperialismo y anticolonialismo contra los
países del Norte Global, en especial Estados Unidos, y sus “lacayos”, que en
este caso pasan a ser, según Mao, los revisionistas en la Unión Soviética. Un
antiautoritarismo contra la tecnocracia francesa, sobre todo en el ámbito
universitario de la que habla Jean Baby (1967), viendo con admiración la toma
de las universidades por parte de los guardias rojos en China:
Si tomamos el ejemplo de Francia, diré que todos los que conocen el
cometido y los métodos de nuestra enseñanza, los resultados que
obtiene, el despilfarro y las mutilaciones intelectuales que causa, deberían
comprender que los cambios que serán necesarios no tienen que ver con
medidas administrativas, sino que supondrían un cambio total, de tipo
revolucionario […]
A lo que añade “Y si para ello es necesario interrumpir el curso de los
estudios durante un año, los progresos posteriores serán más rápidos.” (Baby,
1967, p. 231). Un año después varias universidades, como la de Nanterre,
serán tomadas por los estudiantes.
El anticapitalismo, que, aunque en China se oponían sobre todo por razones
ideológicas, en Francia, sin embargo, ya estaban viviendo en ese mundo
consumista, donde el capital hace que la brecha entre clases sociales sea muy
notable y todo se mueva por y para el capital, sin importar la explotación
humana, la explotación de recursos y la violencia institucional (ver anexo 6).
A pesar de la particularidad de la GRCP que fue impulsada por Mao Zedong
y sus aliados, esta no deja de tener puntos en común con lo ocurrido en
Francia, los jóvenes y estudiantes seguían viviendo un clima de represión, un
clima de asfixia, un autoritarismo que los impulsó a manifestarse, a cometer
acciones violentas, a participar en barricadas, guerrillas, o enfrentamientos
para lograr un cambio. Y en ambos casos, aunque a largo plazo, esos cambios
se han notado, sobre todo en el ámbito social y cultural.
NOTAS
1 Entiéndase tercer mundo como el conjunto de países que se aliaron tras la Conferencia de
Bandung (1955), y que no hacían parte de los dos bloques enfrentados durante la Guerra Fría
(1947-1991), el bloque capitalista y el bloque del conjunto de países que formaban parte de la
URSS.
2 El guevarismo es una doctrina de origen marxista que surge a partir de la lucha de Ernesto
Che Guevara (14 de junio 1928- 9 de octubre 1967) que llevó durante la Revolución Cubana,
en la que consideraba que sólo a través de la lucha armada se podrían conseguir cambios en
la sociedad, con el campesinado como sujeto revolucionario. Su pensamiento se extiende por
todos los países de Latinoamérica.
3 En este documento el Comité Central del PCCh establece los puntos básicos y los
fundamentos de la GRCP. El documento completo con su traducción en español nos es
facilitado por Marxists Internet Archives en https://www.marxists.org/espanol/tematica/china/d
ocumentos/com.htm
4 Movimiento político y corriente de pensamiento dentro del marxismo impulsada por León
Trotsky (1879-1940), un revolucionario ruso, que defendía una revolución internacional y que
se oponían totalmente a la burocracia.
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Mayo de 2020]. ISSN: 0185-1918. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=4211 7810.
ANEXOS
Anexo 1. Destruir el viejo mundo, construir un nuevo mundo.
Destruir el viejo mundo, construir un nuevo mundo.
Dasui jiu shijie, chuangli xin shijie (打碎旧世界创立新世界)
Tamaño: 37x26 cm.
“Bombardead la sede central capitalista”
Paoda zichan jieji silingbu (炮打资产阶级司令部).
Tamaño: 54x78 cm.
Sostener en alto la gran bandera roja de Mao Zedong para librar la Gran Revolución Cultural Proletaria hasta el final: la revolución no es un crimen, la rebelión está justificada.
Gaoju Mao Zedong sixiang weida hongqi ba wuchan jieji wenhua dageming jinxing daodi - geming wuzui, zaofan youli (高举毛泽东思想伟大红旗把无产阶级 文化大革命进行到底-革命无罪,造反有理)
Tamaño: 53x74,5 cm
Recurso disponible en: http://jeanpaulachard.com/mai/index.html
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Recibido el 15 enero de 2021 . Aceptado el 9 de marzo de 2021
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