Revista crítica de historia de las relaciones laborales y de la política social
ISSN versión electrónica: 2173-0822
ISSN versión impresa: 2386-6039
Director: Manuel J. Peláez
Editor: Juan Carlos Martínez Coll
LECCIONES DE HISTORIA ECONÓMICA. PARTE PROPEDÉUTICA Y GENERAL, AÑO 1946
Luigi DAL PANE
Para citar este artículo puede utilizarse el siguiente formato:
Luigi Dal Pane (2020): “Lecciones de Historia Económica. Parte Propedéutica y General, año 1946”, traducción al castellano por Manuel J. Peláez, editada en Revista Crítica de Historia de las Relaciones Laborales y de la Política Social, n.o 13, pp.
Traducimos al catellano no la totalidad del libro de Luigi Dal Pane, pero sí bastantes de sus consideraciones y resultados.
Introducción a las Lecciones de Historia Económica. Parte propedeútica y General. Estás páginas han nacido en la escuela y están dirigidas exclusivamente a los estudiantes, que inician sus estudios de Historia económica. No tienen las páginas que van a continuación otra aspiración por encima de la de ayudar a los jóvenes en sus estudios universitarios.
Desde el momento en que dí comienzo a mis enseñanzas en la Real Universidad de Bari, me preocupé de preparar y alentar el ánimo de los estudiantes hacia el estudio de la Historia Económica con algunas consideraciones que tienen relación con la teoría y la Historia de la Historiografía. Dediqué a semejante análisis las lecciones iniciales de cada curso y los temas de mis discursos introductorios de Bari y de Perugia –la primera sobre Historia y Economía- en el año 1937; la segunda sobre la Historiografía del trabajo (1941). Está claro la importancia que siempre he atribuido también desde el punto de vista didáctico a estas investigaciones. He tenido cuidado de dividir mis explicaciones en dos partes: una general y otra especial. En la parte general he desarrollado las consideraciones de carácter morfológico, al estilo de Bücher; en la parte especial he visto conveniente desarrollar uno u otro período de la Historia Económica. Por un deseo particular de los estudiantes universitarios, he puesto por escrito la parte introductoria y la general de mis enseñanzas reservándome ampliar y desarrollar a renglón seguido según los intereses de mi espíritu y las exigencies didácticas.
La naturaleza especial del trabajo no explica y enseña la particularidad de la forma. He podido además hacer hablar a los autores citados con la finalidad de que el joven estudiante coja el hábito de aproximarse a las fuentes. El contenido docente de este material se ha distribuido en breves parágrafos con el título, que puede servir de ayuda a la memoria, como esquema e impronta para una proposición teórica. Las citas están incorporadas en el texto, para que quien lea no se olvide y las deje aparte. Brevísimas indicaciones bibliográficas aparecen de vez en cuando en qualquier libro, cuya consulta se convierta en algo disponible. Los libros son citados posiblemente en la lengua más accesible para los estudiantes. Deseo y pronostico que mi trabajo pueda servir de utilidad a los discentes [Perugia, 20 de marzo de 1941].
1. Capítulo 1º. Historia Económica, Historia y Economía Política. La Historia, Significado de la palabra. Con la palabra Historia nosotros podemos indicar dos órdenes de nociones diversas y a tal propósito el conjunto de las cosas sucedidas, por un lado, el conjunto de medios literarios que son usados para plantear la exposición de los hechos y acontecimientos del pasado por otra parte. Al primer significado corresponde la palabra alemana Geschichte, que procede del verbo Geschehen que quiere decir suceder casualmente; al Segundo la palabra griega istoria, que procede de una raíz, la cual tiene que ver con el verbo griego idein y en su correspondiente latino videre, que designa la actividad visual. La palabra indica al mismo tiempo el análisis o investigación de una cosa, y la exposición o descripción con la cual se da cuenta de los resultados de la investigación misma. Esta investigación puede tener por objeto cualquier material, no perteneciente al mundo humano, sino también al mundo de la naturaleza. Sin embargo, rápidamente se afirmó un significado más restringido, a través del cual se revelaron las investigaciones y las descripciones de la historia del mundo de los hombres. Desde el periodo más antiguo de la gran cultura clásica las historias y relatos se presentaron en el pasado como narraciones de sucesos humanos. Esta exposición de la investigación de Herodoto, considerado como el padre de la Historia en el siglo V antes de Cristo.
2. Capítulo 2. Historia general e Historias especiales. Cada historiador que se propone llevar a cabo una investigación histórica lleva a término su propósito de elegir algunos acontecimientos o sucesos del pasado. En primer lugar, cuando no se tiene el pasatiempo de escribir sobre la historia universal, circunscribe la investigación a un periodo de tiempo y a un ámbito especial determinados. En un determinado periodo de tiempo y en un ámbito especial determinado él puede considerar el conjunto de las actividades humanas y entonces ponerse a escribir sobre Historia General.
Puede en cambio, o bien no circunscribirse al momento de llevar a cabo la síntesis o resumen porque sus intereses espirituales le llevan a mantenerse en un terreno circunscrito y determinado, elegir como objeto de su investigación y de su exposición un aspecto parcial de la realidad diversificada de un grupo particular de acciones humanas o, si queremos usar otra expresión, de una particular de acciones humanas, o si queremos usar otra expression de una particular masa de gente, que desarrolla un conjunto de actividades humanas. Economía, Derecho, Política, Religión, Arte, Ciencia, Filosofía son aspectos diversos de la actividad del hombre, tanto manual como intelectual. Cuando escribimos la historia de cualquier tipo de acciones humanas hacemos referencia a la Historia especial.
En estas dos primeras opciones nos guían dos criterios (historias europeas, africanas, etc., historias de la Antigüedad, de la Edad Media, etc.; el criterio de la cualidad de los objetivos a abordar (Historias de la religion, de las costumbres, de la economía, etc.). Es obvio que el Segundo criterio excluye al primero; por ejemplo, próximo a historias económicas que abarcan toda la vida de la humanidad, tenemos con frecuencia historias económicas relativas a lor periodos de tiempo y ámbitos territoriales circunscritos.
La Historia económica es una historia especial.
3. Capítulo 3º. Objeto de la Historia Económica. Los hechos económicos. La Historia económica es en consecuencia un material que corresponde a lo que se denomina Historia Especial, por la entidad del objeto que está constituido por la economía, o sea, como se puede decir otra manera, de la vida económica, de los hechos económicos, del funcionamiento de la economía.
Por hechos o los fenómenos económicos se entienden tanto las acciones que los hombres llevan a cabo para adquirir cosas con las que logran la satisfacción de sus necesidades y de sus deseos, cuanto los hechos y fenómenos que se derivan de estas actividades. Se podría en consecuencia decir que la historia estudia la actividad económica y las instrituciones económicas del pasado; o dicho de otro modo (adoptando la definición) que Leroy-Beaulieu, Tratado teórico practico de la Economía Política, vol. 1, en la colección que lleva por título “Biblioteca del Economista”, Serie IV, vol IX, Parte 1ª, p. 8.
Pero no conviene dar a las definiciones peso matyo de cuanto esas de hecho comportan. Tomémoslo como punto de referencia y dejemoslo estar. En efecto, no conviene dar a las definiciones un peso mayor de cuanto las mismas comportan. En efecto el ámbito de nuestros estudios estaría major individualizado y precisado de cuanto diremos a continuación sobre el desarrollo del interés histórico por la vida económica del pasado.
Sucede, a este propósito, anticipar una observación. Una cosa es escribir la Historia de la vida económica o de una institución económica, otra cosa es escribir la historia general desde un punto de vista económico. Como ejemplo del primer tipo de obras históricas se puede citar El capitalismo moderno de Sombart; ejemlo del Segundo puede considerarse, al menos teniendo en cuenta determinados aspectos de la obra de Pasquale Villani, sobre Los dos primeros siglos de la Historia de Florencia.
En el primer caso nos encontramos en el campo de la Historia económica en sentido propio, en el Segundo. Se observa que hay mucho contenido sobre la Historia económica. Pero, si como por un lado pensar un aspecto de la Historia económica supone pensarla en su totalidad, y porque, del otro, la fimalidad principal de la Historia económica es la de server a la reconstrucción del conjunto, de esta forma el historiador de la economía estará mucho más en grado de desarrollar de forma útil su tarea, cuanto más se beneficiará de aprovecharse de los resultados de sus investigaciones para comprender la historia en su totalidad.
Por ello yo no consider ni oportunas, ni beneficiosas las limitaciones apriorísticas con que se ha propuesto por parte de alguno circunscribir el campo de la Historia económica.
4. Capítulo 4. Historia e Historia económica. El historiador que se propone llevar a cabo una investigación, lleva a cabo en primer lugar un trabajo de análisis, después un trabajo de síntesis. Centrémonos ahora en la historiografía en su conjunto. Aquí observamos de una parte gran número de estudios analíticos y de otra obras de carácter divulgador y de síntesis. Entre unos y otros trabajos existe una estrecha relación. Los estudios analíticos preparan el material para la síntesis; las obras de carácter y contenido sintético, muestran las lagunas, hacen surgir los problemas, dejan la impronta por así decirlo, y abren el camino para las investigaciones vde contenido analítico. Se observa utilizando otras palabras un intercambio entre estos dos tipos de trabajos: unos facilitan las piedras para los edificios, y los otros proporcionan la indicación de aquello que sucede para hacerlas más completes. Hacia la síntesis convergen lose studios especiales, como las Corrientes de las aguas desembocan en el mar. De la síntesis nacen problemas e intereses históricos nuevos.
Las historias especiales han tenido la función de proporcionar el materiasl necesario para la reconstrucción integral (esta palabra está tomada, entiéndase en un sentido relativo) de los hechos históricos. Si cada historiador poseyese todos los conocimientos indispensables podría por sí mismo llevar a cabo todas las operaciones que se ejecuten y pongan en práctica por muchos investigadores. Reunidos los variados elementos clasificados en una forma que permita estudiar separadamente los diferentes aspectos de la realidad, el investigador no se apercibe de las relaciones y el recíprco peso y pasa en definitive a reconsrruie el hecho importante acaecido o el hecho en su unidad. La primera operación es un análisis que distingue y separa los elementos con el objetivo de reconocer e identificar la concurrencia en el resultado. Esta operación es habitualmente llevada a cabo por las historias especiales, las cuales aparecen generalmente como disciplinas históricas.
La Historia económica es consecuentemente una disciplina histórica. Conviene no olvidar jamás que la division de la Historia en tantas historias especiales es puramente convencional y depende solamente de exigencies practicas. Esa no tiene revision o cotejo en la realidad, en la Historia, es decir entendida como conjunto de cosas acaecidas.
Por eso desde el punto de vista gnoseológico se confirma la corrección de cuanto he dicho con anterioridad: “Las continuas disquisiciones sobre el problema y sus límites de una a otra historia especial empíricamente constituida son no conclusivas porque resulta insubsistente el problema principal logicamente con unos límites inasignables”.
5. Capítulo 5. Historia Económica y Ciencia Económica. He dicho con anterioridad que la exigencia que da vida a las historias especiales es sobre todo inherente a la divisoón del trabajo cientítico (ver el parágrafo 4). Se supone consecuentemente que el cultivador de un particular género de Historia especial tenga interés espiritual y preparación técnica idónea por el estudio del aspecto de la vida de quien la historia especial le permite narrar los acontecimientos. El estudioso de la Historia económica, en el momento que lleva a cabo su elección, si no es una persona fatua, anuncia un interés por ciertos hechos y acontecimientos y el disfrutar de medios apropiados para entenderlos y explicarlos.
El interés espiritual que invita a la investigación revela con frecuencia las tendencias y las inclinaciones del espíritu del investigador en cuanto es para él una premise necesaria de la elección del argumento a tartar. Los medios técnicos son siempre utilísimos para llevar a cabo una investigación, casi siempre son absolutamente indispensables. Si el historiador de la vida económica es por tanto un historiador, es un historiador que tiene o debería tener interés por la dimension económica de la vida social, ojo clínico u olfato económico.
Hay investigaciones en nuestro campo, como se da también en otras materias, que por su simplicidad, no requieren especial preparación, basta introducirse en el camino con buena voluntad para llegar a la metqa. Pero, en la mayor parte de los casos no se puede hacer al menos sin preparación técnica, aquella preparación que crea o afina los sentidos del observador en una determinada dirección. El instrumento principal del cual el historiador de la Economía debe servirse es la Ciencia económica. “La historia económica –escribe Alfred Marshall- puede tener varios objetivos y métodos correspondientemente diversos. Considerada como un ramo de la Historia general, esa puede mirar a proporcionar una ayuda para entender “cuales fueron las instituciones que formaron la osamenta de la sociedad en los diversos periodos, cual fue la constitución de las diferentes clases sociales y cuáles fueron las reciprocas relaciones”; esta puede demandar cual fue la base material de la existencia social, como se produjeron las condiciones necesarias y las conveniencias de la vida, a través de cual organización se planifica y se dirige el trabajo, cómo fueron distribuidos los bienes así producidos, que instituciones se basaron en esta dirección del trabajo y sobre la distribución del producto, y lo demás. Es por esta incumbencia interesantísima e importantísima por sí misma, no es esencial uga gran aplicación del análisis; y un hombre de mente active e investigadora puede proporcionar por sí misma la mayor parte de aquello que se require para ese logro.
Pertrechado de una conciencia del ambiente religioso y moral, intellectual y estético, poítico y social, puede extender los límites de nuestro conocimiento y sugerir ideas nuevas y valiosas, también si él se contenta con observer a través de los hechos que afinidades y relaciones causales se encuentran, por decirlo así, en el plano más cercano a la superficie.
6. Qué cosa debemos entender por lo que se refiere a la ciencia económica, teniendco en cuenta que bajo el nombre de Economía política, se pueden designer estudios entre otros diversos. Entre los objetivos que puede albergar un studio de la Economía política se pueden designar estudios entre otros diversos. Entre los objetivos qaue puede albergar un studio de la Economía Política y de la Sociología señala Wifredo Pareto en su Manual de Economía Política- se pueden anotar las tres siguientes:
1º. Puede ser este estudio una recolección de recetas que sea útiles para los particulares y para las autoridades públicas, en las actividades económicas y s0ciales a las que van dirigidas. El autor tiene como punto de mira la utilidad, como el autor de una manual sobre la caza de los conejos tiene como finalidad ser útil a quien caza a estas pequeñas bestias.
2º. Puede el autor poseer una doctrina para él configurada como óptima y además capaz de proporcionar toda clase de bienes a una nación o al género humano, y proponerse él divulgarla, a modo de como si fuera un apóstol, a las gentes para, para lograr que estas estén contentas y felices o simplemente, como ahora suele decirse, “para poner en práctica algo bueno”. La finalidad sigue siendo la utilidad, pero es una utilidad muy general y no lo que diríamos a pie de tierra. Del studio precedente a este del que estamos escribiendo, se corre al principio la diferencia que puede haber entre una colección de recetas y un libro de moral. De este modo se atenía en la forma, permaneciendo substancialmente lo mismo, cuando el autor sobreentiende la doctrina que conoce major y refiere simplemente que estudia los fenómenos con la finalidad de conseguir el bien de la humanidad. Siguiendo tal camino la botánica estudiaría los vegetales con la finalidad de conocer cuales son útiles al hombre, la geometría estudiaría líneas de superficie, con la finalidad de medir los campos, etc. Comienzan, es cierto las ciencias naciendo bajo la forma de arte, pero después, dando la vuelta se vuelcan para estudiar los fenómenos independientemente de otros objetivos.
3º. Puede el autor preocuparse únicamente de investigar y encontrar la uniformidad que presentan los fenómenos, o sea las leyes, y no mirando en modo alguno a dar recetas o preceptos, y ni si quiera a para procurar la felicidad, lo útil, el bienestar de la Humanidad o de una parte de la misma. “El objetivo en tal caso es exclusivamente científico: esto es, conocer, saber y basta”. Ahora la ciencia económica en sentido propio se propone exactamente esta última finalidad y pose so es ciencia y no arte.
El carácter científico de la Economía política está esculpido en la introducción del curso dictado por Maffeo Pantaleoni en la Universidad de Roma en 1901-1902. Escuchemoslo: “Todas las ciencias, y consecuentemente la Economía Política, consisten en la constatación de relaciones constants entre los hechos”. Las relaciones entre hechos se denominan uniformidad, y estas uniformidades se subdividen en una clasificación, detallada y particularizada, en tres especies.
“Vosotros contais con una uniformidad que se denominan leyes de coexistencia: cada vez que se da el fenómeno A, se produce el fenómeno B: coexistencia en el tiempo, coexistencia de lugar, y sobre todo coexistencia de atributos. Además esta primera categoría de uniformidad cuenta con una segunda: uniformidad de sucesión. La uniformidad de sucesión es para nosotros por lo menos un hecho experimental, no sabemos el porqué, pero en primer lugar está la “A” y después se encuentra la “B”, y esto siempre es así. Puede ser para nosotros una relación más íntima de relación que nos explica la precedencia de la “A” y la sucesión de la “B”, y entonces afirmamos que debemos contra con relaciones causales. De hecho no se trata de una “A” que precede a la “B”, sino de un complejo de acontecimientos que dedicen otro acontecimiento. Este complejo de asuntos lo denominamos también como las “condiciones del fenómeno” y las causas del fenómeno son términos idénticos. Las causas del fenómeno deben ser necesarias y uficientes; necesarias, porque no se debe poder hacer menos de una; suficientes porque, si se cuenta con algunas más, el fenómeno no se produce, y resta la hiperdeterninación.
Es esta forma de uniformidad que más ocupa a los hombres de ciencia, y es aquella en la cual más especialmente reside la investigación de la causalidad; pero la investigación de la causalidad puede también tener lugar en la uniformidad de coesitencia. Cuando decimos que existe una determinada serie de atributos, que constituyen un determinado fenómeno, esta coesistencia de atributos puede ser la suma de las condiciones que producen el indidaco fenómeno. Si se suprime el peso específico, el peso atómico, el color, etc., no queda ya ningún oro: la suma de estos signos exteriores de una persona y la condición que hace que lo que viene fuera de su concuurso se denomine oro.
“Contamos con una tercera forma de uniformidad, o sea de leyes: esta consiste en proposiciones las cuales se declaran que tal cosa es mayor o menor o igual a cualquier otra cosa. Son las denominadas uniformidades de cantidad”.
“Cada una de estas tres especies de uniformidad se presenta más o menos frecuentemente en cada ciencia y las ciencias no consisten de otra forma que de estas uniformidades”. “Ahora bien en el caso de la economía nos encontramos con un caso general: no debemos tartar de otra cosa que la uniformidad de constantes”.
Si resulta fácil procurar introducir entre las condiciones que constituyen un fenómeno económico, condiciones perfectamente ajenas y extrañas, por ejemplo a nuestra fe y a nuestra inclinación política, es algo que se da a continuación. La introducción de estos elementos da lugar a un complejo de condiciones más que suficientes consequentemente falsas. Así, por ejemplo, si se solicitase si yo defiendo una economía liberal, o socialista. O católica, o judía, yo no sabría responder: no sé que tienen que ver con la Economía el Socialismo, el liberalismo, el catolicismo y el judaismo.
“Una proposición científica debe corresponder a una sola condición: debe ser verdadera; si no es verdadera, no es científica, porque se convierte en falsa”.
Recibido el 14 de abril de 2020, corregido y aceptado el 20 de abril de 2020
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