Revista europea de historia de las ideas políticas y de las instituciones públicas
ISSN versión electrónica: 2174-0135
ISSN versión impresa: 2386-6926
Depósito Legal: MA 2135-2014
Presidente del C.R.: Antonio Ortega Carrillo de Albornoz
Director: Manuel J. Peláez
Editor: Juan Carlos Martínez Coll
LA TEORÍA Y LA FILOSOFÍA DEL DERECHO DE ANTONIO FALCHI (1879-1963). UN CONGRESO ITALIANO CUYAS ACTAS APARECEN EN 2015
Guillermo HIERREZUELO CONDE
Resumen: Giovanni B. Varnier ha analizado la figura de Antonio Falchi, que nació en Sassari en 1879, y fue nombrado en 1903 profesor extraordinario en la Universidad de Perugia. Tras pasar por diversas Universidades, finalizó su labor docente en la de Génova en 1954. Anna Maria Del Grosso Lazzarino también se refiere a la figura de Falchi. Una de sus monografías más interesantes es la titulada Il pensiero giuridico d'Epicuro (1902), que analizaba el pensamiento crítico de Epicuro. Falchi partía de que el Derecho no era un fin en sí mismo del Estado, sino un instrumento para la consecución de sus fines. En su obra Storia delle dottrine politiche (1933) se refería expresamente a una conciencia política. Antonello Mattone estudia la Filosofía del Derecho en la Universidad de Sassari entre el ochocientos y el novecientos. La Filosofía del Derecho era considerada una materia de segundo o tercer nivel en la segunda mitad del ochocientos, y explicada por profesores de otras disciplinas. En 1910 ocupó la cátedra como profesor extraordinario de Filosofía del Derecho. Años más tarde ganó el concurso extraordinario en la Universidad de Parma, y posteriormente, en 1923, en la de Cagliari, y finalmente en la de Génova (1925-1954), donde terminó su carrera docente. Roberto Braccia se refiere a la etapa en la que Antonio Falchi fue decano de la Facultad de Jurisprudencia de Génova. En su primer mandato decanal (1928-1935) asumió una situación de emergencia; mientras que en el segundo (1946-1954) su máxima preocupación fue la lenta reconstrucción de la biblioteca. Otra cuestión fue el ambiente cultural entre el fascismo y el antifascismo en la Génova de los años veinte, analizada por Tommaso Gazzolo. El precursor del fascismo, Mazzini, alcanzó un gran protagonismo en Génova. En realidad, el antifascismo consiguió un fuerte arraigo en determinados profesores que ya tenían una formación de similares características. Pero el fascismo también arraigó a nivel institucional: actos académicos, inauguraciones, etc. Otro autor, Guido Levi se refiere al pensamiento de Falchi en relación con el compromiso civil, en la época de la II Guerra Mundial y en la post-guerra. En efecto, en la II Guerra Mundial el antifascismo consiguió un gran protagonismo. Falchi apoyó la iniciativa para que un grupo de alumnos de la Universidad de Génova suscribiera el 4 de agosto de 1943 un manifiesto antifascista, y a favor de la libertad docente. Esta misma idea, la continuó en los años de la postguerra, mostrando su deseo de participar en la vida democrática de su país. Giovanni B. Varnier comenta el fundamento, la finalidad y los límites de las funciones del Estado. En efecto, en opinión de Falchi, el Estado liberal no supo resolver los problemas de los individuos, por lo que proponía una renovación del liberalismo y un Estado colectivo. Andrea Mignone se refiere a la figura de Antonio Falchi, como "positivista crítico" entre la filosofía y la sociología del Derecho. Inicialmente Antonio Falchi se adhirió al positivismo, que fue evolucionando hacia un "positivismo crítico". En efecto, a finales del siglo XVIII, el positivismo comenzó un declive, que quedó patente en 1898 con la obra de Giovanni Marchesini La crisi del positivismo, en la que proponía un positivismo humanístico. Pero en realidad esta vía crítica fue iniciada por Falchi, siguiendo a su maestro Icilio Vanni, grandísimo pensador jurídico, poco conocido en España. De esta forma, Falchi partía de la premisa científico-positivista: «el positivismo ha renovado la ciencia» (p. 189). Andrea Cantazaro se refiere a la moderna doctrina teocrática y el pensamiento de Antonio Falchi. La postura de este autor está recogida en la Introducción al volumen editado en 1908 titulado Le moderne dottrine teocratiche (1600-1850). Las ideas teocráticas postrevolucionarias se caracterizaban por una frontal oposición al iusnaturalismo y, en consecuencia, por su naturaleza anti-individualista. El libro de Falchi originó un fuerte debate en el bienio 1908-1909. Antonio Zanfarino, que estudia la ciencia social y la conciencia moral, destaca que Falchi criticara el individualismo, al tiempo que consideraba que había que crear las condiciones sociales para la experiencia humanitaria de la libertad social.
Palabras clave: Antonio Falchi, Filosofía del Derecho, Universidad de Génova, Giuseppe A. Roggerone, Alfredo Bartolomei, Giovanni Marchesini, Empirismo, Positivismo crítico, Antifascismo.
Antonio Falchi, que impartió durante 30 años docencia en Génova, es una figura eminente en la Facultad de Jurisprudencia de la Liguria. Además, formó parte de la Academia Ligur de Ciencias y Letras entre 1935-1948. Giovanni B. Varnier ha analizado la figura de Falchi, patriota, filósofo y poeta (pp. 15-17). Nació en Sassari el 9 de mayo de 1879, y en 1903 fue nombrado, mediante concurso, profesor extraordinario en la Universidad de Perugia, y cuatro años más tarde profesor ordinario. Tres años después, pasó a la Universidad de Sassari, donde ejerció la docencia hasta 1918, y más tarde fue decano de la Facultad de Jurisprudencia. Posteriormente comenzó la actividad docente en Parma y más tarde en Cagliari, y en 1925 ocupó la cátedra de Filosofía del Derecho en la Facultad genovesa de Jurisprudencia. En 1928 fue nombrado decano, cargo que ocupó hasta 1935. En 1946 fue reelegido decano de la Facultad, nombrado en el cargo como miembro del Consejo directivo de la Casa del Estudiante, puesto que ocuparía hasta 1954. El 16 de febrero de 1955 recibió el nombramiento de profesor emérito.
Anna Maria Del Grosso Lazzarino se refiere a los estudios que analizan la figura y el pensamiento de Antonio Falchi (pp. 21-36). Giuseppe A. Roggerone en su monografía L'empirismo critico di Antonio Falchi (1987), y la obra colectiva Scritti in memoria di Antonio Falchi (1964) estudian la figura de este excelente pensador. Falchi analizó el pensamiento crítico de Epicuro en el período comprendido entre 1904 y 1910, siendo docente de Filosofía del Derecho en la Universidad de Perugia (pp. 25-26). En este aspecto, destaca su monografía Il pensiero giuridico d'Epicuro (1902). En 1910 Antonio Falchi ocupó la cátedra de Filosofía del Derecho en la Universidad de Sassari, cargo que desempeñó hasta 1918, período en el que redactó su obra I fini dello Stato e le funzioni del potere (1912-1913), reimpresa en el volumen Lo Stato colletività (1994). En 1925 inició su labor como catedrático en la Facultad genovesa de Jurisprudencia. En su pensamiento consideraba que el Derecho no era un fin en sí mismo del Estado, sino un instrumento para la consecución de sus fines. A juicio de Falchi, el consenso colectivo no sería el resultado de una suma aritmética de voluntades individuales, ni de una unanimidad o de una mayoría, sino que coincide con el comportamiento psicológico de los elementos dinámicamente prevalentes de una colectividad: audacia, coraje, de hombres inteligentes o dominantes. En su Storia delle dottrine politiche (1933) hablaba expresamente de una conciencia política.
Antonello Mattone escribe sobre la enseñanza de la Filosofía del Derecho en la Universidad de Sassari entre el ochocientos y el novecientos (pp. 37-87). En la segunda mitad del ochocientos, la Filosofía del Derecho tenía la consideración de materia secundaria, privada en parte de una específica identidad como disciplina, y explicada por profesores de otras asignaturas. Ahora en cambio tiene una madurez muy sólida en la República italiana. En 1903, Cosentini obtuvo el título de libre docente en Filosofía del Derecho en la Facultad de Jurisprudencia de Sassari. La contribución más importante de Cosentini a la teoría del socialismo jurídico ha sido su obra titulada La riforma della legislazione civile (1911), que señalaba una "relación de interdependencia" y no de subordinación entre la filosofía del Derecho, la sociología y la psicología. Más tarde, la cátedra de Filosofía del Derecho en la Universidad de Sassari fue ocupada en 1904 por Alfredo Bartolomei, aunque sólo durante apenas un año, ya que el concurso fue anulado por parte del Consejo Superior de la Instrucción Pública. De sus iniciales posiciones positivistas, Bartolomei fue orientándose de forma progresiva hacia el neo-kantismo de la filosofía jurídica alemana. Otra obra de Bartolomei es Introduzione alle scienze sociali (1906), que analiza las corrientes históricas italianas, alemanas y francesas. Antonio Falchi se presentó al concurso a la cátedra de la Universidad de Messina con el trabajo previo que daría lugar dos años más tarde a su monografía Le moderne dottrine teocratiche (1600-1850) (1908), en la que analizaba cuál era la corriente filosófica que había afirmado la soberanía divina y su influencia en la formación de la ciencia social contemporánea. Falchi ocupó la cátedra de Sassari en 1910 en el concurso como profesor extraordinario de Filosofía del Derecho, siendo ya docente entre 1903 y 1909 en la Universidad de Perugia. En 1914 fue promovido como profesor ordinario de Filosofía de Derecho en la Universidad de Sassari. Posteriormente, ocupó mediante concurso extraordinario la plaza de Filosofía del Derecho vacante en la Universidad de Parma. Desde Parma se transfirió en 1923 a la Universidad de Cagliari y, finalmente, a la de Génova, donde enseñó desde 1925 a 1954, concluyendo su carrera. En su obra Filosofia propedeutica. Introduzione alle filosofie particolari (1941) recogía el compendio de sus reflexiones filosóficas (p. 64).
Roberto Braccia analiza la etapa en la que Antonio Falchi fue decano de la Facultad de Jurisprudencia de Génova (pp. 89-107). El acceso a su primer decanato Falchi (1928-1935) lo asumió en una situación de emergencia. En el penúltimo año de la misma, la Facultad de Leyes de Génova únicamente disponía de ocho ordinarios, muy por debajo de las necesidades reales de la misma. El segundo mandato decanal de Falchi fue en el periodo comprendido entre 1946 y 1954, y una de las mayores preocupaciones en esta etapa era la lenta reconstrucción de la biblioteca. En el año académico 1950-1951 los ordinarios de la Facultad eran catorce, lo que mejoró algo la ratio docente.
El ambiente cultural entre el fascismo y el antifascismo en la Génova de los años 20 ha sido analizada por Tommaso Gazzolo (pp. 109-127). Mazzini fue el precursor del fascismo, que alcanzó una gran relevancia en Génova. En la Universidad, el antifascismo arraigó en aquellos profesores de formación pre-fascista. A nivel institucional, ya sean en ceremonias, inauguraciones, actos académicos, etc., se ha producido una influencia notable del fascismo. Pero en la doctrina también se ha discutido sobre el fascismo o el antifascismo, como en el pensamiento de Moresco o Falchi.
El pensamiento de Falchi en otra cuestión como el compromiso civil, en la época de la II Guerra Mundial y la post-guerra han sido tratados por Guido Levi (pp. 129-147). En efecto, en la Segunda Guerra Mundial surgió un antifascismo de forma activa, adoptando una postura de reacción contra esas ideas, aunque fueron muchos los docentes universitarios que apoyaron al fascismo. El 4 de agosto de 1943 promovió una iniciativa para que un grupo de alumnos de la Universidad de Génova suscribiera un manifiesto antifascista y a favor de la libertad de pensamiento entre los docentes. En los años siguientes a la postguerra, Falchi sentía el deber moral de participar en la vida democrática de su país. Guido Levy considera que Falchi representaba la versión liberal y democrática del intelectual de la postguerra que sentía la necesidad de participar en la vida pública (p. 143).
Giovanni B. Varnier comenta el fundamento, la finalidad y los límites de las funciones del Estado (pp. 151-163). A juicio de Falchi, el Estado liberal se ha mostrado como insuficiente, rechazando la idea de un Estado ético, siendo necesario renovar el liberalismo y un Estado colectivo. Antonio Falchi centra su atención sobre los temas clásicos como los límites del poder estatal o la relación entre intereses individuales e intereses públicos. A continuación, Falchi recoge los artículos de la Constitución italiana (pp. 165-174).
Andrea Mignone analiza la figura de Antonio Falchi, como "positivista crítico" entre la filosofía y la sociología del Derecho (pp. 175-193). En el primer período de actividad científica de Antonio Falchi se adhirió al positivismo, que hizo una transición al "positivismo crítico". Heredero del empirismo, el positivismo afirmaría la importancia decisiva de la experiencia y de la observación, la dependencia del saber abstracto respecto de los datos de la experiencia, la sustancial unidad de los métodos cognitivos y, en consecuencia, la posibilidad de una ciencia unificada. La sociología, el Derecho, la antropología criminal, la psiquiatría y la psicología han hecho posible un enorme progreso en el siglo XIX. A finales del siglo XVIII, el positivismo entró en una zona gris. De hecho, en 1898 Giovanni Marchesini publicó el libro La crisi del positivismo, en el que proponía un positivismo humanístico. En el período comprendido entre 1890 y 1910 tuvo lugar una fase de la sociología italiana que se desarrolló en dos períodos: uno caracterizado por la sociología evolucionista y transformadora; y el otro por un periodo crítico del positivismo, aunque no tanto por la crisis del mismo. Esta vía crítica fue iniciada por Falchi, siguiendo la iniciada por su maestro Icilio Vanni, que se fundamentaba en la relatividad y el antidogmatismo. Así, Falchi partía de la premisa científico-positivista: «el positivismo ha renovado la ciencia» (p. 189).
Otra cuestión, estudiada por Andrea Cantazaro, es la moderna doctrina teocrática y el pensamiento de Antonio Falchi (pp. 195-215). En efecto, Antonio Falchi redactó la Introducción del volumen titulado Le moderne dottrine teocratiche (1600-1850), editado en 1908. El teocratismo postrevolucionario, que se caracterizaba por una frontal oposición al iusnaturalismo, se diferenciaba también de la concepción individualista de la sociedad. En definitiva, Falchi se mostraba como anti-individualista. Sin embargo, consideraba que tampoco podía hablarse de una absoluta incompatibilidad entre teocracia y democracia. La publicación de la obra de Antonio Falchi titulada Le moderne dottrine teocratiche fue el origen de un fuerte debate en el bienio 1908-1909, como los diversos escritos publicados en su contra en diversas revistas por parte de Alessandro Bonucci.
Franco Todescan ha estudiado el pensamiento de Antonio Falchi sobre la Filosofía del Derecho, en el periodo comprendido desde Zenón a Huig de Groot (pp. 217-235). La obra de Groot De jure belli ac pacis se caracteriza, a juicio de Falchi, por su humanismo jurídico, tan propio del autor. De hecho, el Humanismo se configuraba con nociones claras de laicidad, más libre de los vínculos de la tradición religiosa. Pero esta antropología grociana no implicaba una ruptura absoluta con el estoicismo, fundando por Zenón, que proponía una República ideal, aunque distinta de la de Platón. Sin embargo, Todescan consideraba que «Falchi no reconoce a Huig de Groot el mérito de un primer intento de distinción entre derecho y moral» (p. 224). A juicio de Falchi, tanto el Derecho en sentido estricto como en sentido amplio para Groot serían Derecho natural. No existiendo distinción alguna entre ambos conceptos. Tampoco habría que atribuir a Groot la separación entre Derecho y teología, a juicio de Falchi (p. 227). Antonio Zanfarino se refiere a la ciencia social y conciencia moral (pp. 237-243). Falchi ha defendido la relevancia teórica y práctica, existencial y colectiva, privada y pública del principio moderno de individualidad, criticando el individualismo. Además, ve una diferencia entre lo social y lo sociable (p. 241). Por si fuera poco, considera que hay que crear las condiciones sociales para la experiencia humanitaria de la libertad social. En el Apéndice se reproduce la obra de Antonio Falchi titulada Significato sociologico del pensiero di Vico (pp. 265-313). [Recibido el 13 de mayo de 2015].
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